Whatsapp y similares, principal causa de distracción tecnológica mientras se conduce

Se confirman mis peores sospechas: las víctimas de accidentes de tráfico no han bajado, por segundo año consecutivo, por las distracciones que provocan los teléfonos móviles. Ya no es solo ver a conductores en atascos o semáforos usando el móvil, es verlos en marcha también.

En el blog del RACC ya lo advirtieron: leer un mensaje puede desviar nuestra mirada de la carretera casi 5 segundos, y eso a 120 km/h supone que el coche recorre unos 150 metros sin ningún control. La sociedad no considera que el teléfono móvil sea tan peligroso como el alcohol o las drogas, pero el efecto puede ser el mismo.

Hay aplicaciones que tienen funciones simplificadas para conducir, pero son de uso voluntario. El club automovilístico RACC propone que las aplicaciones móviles susceptibles de ser utilizadas en marcha tengan alguna limitación para reducir las distracciones. Por ejemplo, se puede determinar mediante GPS si el vehículo está en movimiento, y anular funcionalidades, o tener un modo copiloto.

La normativa es muy clara: no se pueden manipular aparatos que provoquen distracciones ni en marcha, ni en semáforos en rojo, ni en atascos. Fotografía: Jason Weaver (Flickr) CC BY

Dicha certificación tendría utilidad para ese 25,8% de situaciones en las que los conductores usan aplicaciones pensadas para uso automovilístico, según los datos del estudio publicado en la revista para los socios del RACC. Estaríamos hablando de aplicaciones como Waze, iCoyote, Gasolineras España, etc.

Es posible introducir la tecnología sin provocar distracciones, en palabras de Lluís Puerto, director técnico de la Fundación RACC. De hecho, los sistemas operativos Android Auto y Apple Carplay permiten manipular aplicaciones muy concretas en marcha, integrando parte de sus funciones en los sistemas de infoentretenimiento del coche. Pero esto no es una realidad más que para una minoría de conductores.

Lo ideal sería tener el teléfono móvil guardado en un compartimento con tapa, como el cofre central, a ser posible mientras se va cargando, y en silencio. Las llamadas pueden atenderse igualmente con un sistema de manos libres mediante BlueTooth, y en algunos sistemas se pueden recibir SMS, ¡e incluso dictarlos! sin quitar las manos del volante.

Los conductores suelen distraerse con...

Los datos son preocupantes. Ya no es solo que el conductor banalice sobre el riesgo que implica combinar la mensajería instantánea con la conducción, es que a veces sus interlocutores son los primeros en incitar al riesgo. ¿Quién no ha recibido mensajes cuando ya había dejado claro que iba a estar conduciendo? Para esas cosas está la llamada de voz.

No ocurre solo con los conductores, uno de cada cinco peatones cruza sin mirar. Aunque la normativa conceda una prioridad al peatón en sitios autorizados, no elimina la posibilidad de accidente, ya que puede haber conductores distraídos. Antes de cruzar, aunque tengamos prioridad, debemos asegurarnos que nos han visto, buscando los ojos del conductor. Es un buen método para evitar atropellos.

La tecnología no puede protegernos de nuestra propia estupidez. Tenemos que aprender a convivir con los teléfonos móviles, pero sin retroceder en el esfuerzo de reducir víctimas que tanto esfuerzo ha costado. Cualquier notificación puede esperar y ser atendida más tarde. Silenciar el teléfono es la mejor forma de evitar las tentaciones.

Fuente: Nació digital