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Pere Navarro, el director de la DGT, ha encontrado la solución a los atascos (y sin gastarse él un euro)

El máximo responsable de la DGT advierte que las grandes ciudades están al límite de su capacidad. Su solución para reducir atascos y emisiones es clara, y con ella afirma que podría reducir a la mitad el número de vehículos en circulación.

Pere Navarro, el director de la DGT, ha encontrado la solución a los atascos (y sin gastarse él un euro)
Pere Navarro, director general de la DGT

5 min. lectura

Publicado: 07/10/2024 18:00

Según el director general de Tráfico, Pere Navarro, el límite de la capacidad urbana se ha alcanzado, ya que el problema del tráfico en las grandes ciudades ha llegado a un punto crítico.

El mandatario pone como ejemplo a las principales ciudades de España, como Madrid, Barcelona y Málaga, que afirma que están viendo cómo sus infraestructuras viales colapsan cada mañana durante las horas punta.

«Lo que no puede haber es más coches»

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A las ocho de la mañana, los embotellamientos son prácticamente inevitables, y no hay una solución mágica ni grandes inversiones a corto plazo que puedan resolverlo.

Sin embargo, Navarro ha propuesto una alternativa sencilla y eficaz que no requiere ningún gasto adicional por parte del Estado: compartir coche. «Si conseguimos meter a dos personas en cada vehículo, tendríamos la mitad de coches, la mitad de consumo de combustible y la mitad de emisiones», ha destacado en una jornada organizada por PONS Mobility y la DGT.

El desafío de los trayectos urbanos

El director de la DGT advierte que el riesgo de quedar completamente paralizados en las carreteras es real si no se toman medidas inmediatas.

No se trata sólo de reducir los tiempos de desplazamiento, sino también de frenar el impacto medioambiental y disminuir el consumo de combustible. La propuesta de Navarro, lejos de ser revolucionaria, apunta a algo que parece lógico en pleno siglo XXI: mejorar la eficiencia del uso del vehículo privado.

La ocupación actual de los coches sigue siendo muy baja, con la mayoría de ellos transportando únicamente al conductor. «El reto que tenemos es aumentar la ocupación de los vehículos. Lo que no puede haber es más coches», señaló Navarro, insistiendo en que, gracias a las aplicaciones y tecnologías actuales, compartir trayectos es más fácil que nunca.

Los atascos son compañeros inseparables de los conductores en las grandes ciudades. Imagen: Freepik

BlaBlaCar y Cercanías, modelos a seguir

Como ejemplos de buenas prácticas, Navarro mencionó iniciativas que ya están en marcha en otros países, como la expansión de servicios de BlaBlaCar en Francia, con el apoyo de las administraciones públicas.

Este tipo de servicios, orientados a compartir trayectos entre ciudades y dentro de ellas, podría ser clave para reducir el número de vehículos en las horas punta.

Además, el director de Tráfico subrayó la importancia del transporte público en esta ecuación. «Cercanías va a doblar su servicio de aquí a 2030», comentó Navarro.

El máximo responsable de la Seguridad Vial en España también ha reconocido que durante años se ha invertido principalmente en alta velocidad, olvidando la importancia del transporte local.

Reforzar la red de trenes de corto recorrido es otra de las soluciones que contribuirá a descongestionar las entradas y salidas de las grandes urbes.

Los trenes de corto recorrido son, a juicio de Pere Navarro, una solución al problema de los atascos. Imagen: Freepik

Un cambio necesario y urgente

El mensaje de Pere Navarro es claro: no se puede seguir ampliando la capacidad de las infraestructuras para absorber más vehículos. En lugar de ello, es necesario optimizar el uso de los coches que ya están en circulación.

Si más personas comparten trayectos, no sólo se reduce el tráfico, sino que también se ayuda a mitigar los efectos del cambio climático. Algo de lo que, según Navarro, «no podemos estar hablando todo el día» mientras las ciudades siguen llenándose de coches.

David Plaza

La opinión de David Plaza

Es cierto que la propuesta de Pere Navarro, aunque lógica y beneficiosa sobre el papel, pero creo firmemente que debe superar grandes desafíos en su aplicación práctica.

En España, millones de personas que viven en la periferia o en áreas rurales dependen del coche privado por la falta de un transporte público eficiente y accesible.

Esto complica el concepto de compartir coche o el de priorizar el transporte público. La razón es que no todas las zonas cuentan con infraestructuras que faciliten esta opción, como aparcamientos disuasorios, carriles especiales para vehículos compartidos o redes de transporte complementarias.

Además, la cultura del coche privado está profundamente arraigada, y aunque las tecnologías de aplicaciones para compartir trayectos (como BlaBlaCar o aplicaciones de movilidad) están creciendo, muchas personas prefieren la comodidad y flexibilidad de desplazarse en su propio vehículo.

El reto radica no sólo en ofrecer alternativas como el coche compartido, sino también en mejorar el transporte público y crear incentivos que fomenten su uso.

Por tanto, aunque la idea es válida, en mi opinión su éxito depende de una mejora integral en las infraestructuras de transporte, así como en cambiar hábitos que llevan décadas instaurados en la sociedad.

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