Peugeot 205 Electrique, el abuelo del e-208
La idea de vender un utilitario de masas con motor eléctrico no es precisamente nueva. Durante mucho tiempo PSA tuvo el liderazgo europeo en coches eléctricos, y uno de los grandes desconocidos es el 205 Electrique, que no pasó de ser un prototipo.
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Publicado: 17/05/2019 21:00
Peugeot espera que en torno al 15% de las ventas de la nueva generación del 208 correspondan a su versión eléctrica, el e-208. Los eléctricos ganan cuota y ventas en un mercado que permanece muy estable en términos globales. En otras palabras, cada vez más gente elige eléctrico.
El fabricante ya comunica a la clientela que el TCO -coste total de propiedad- del e-208 ya es más ventajoso que el de versiones gasolina o diésel. En otras palabras, salen las cuentas. Eso permite que el coche eléctrico termine de despegar, aunque a nivel tecnológico no hablemos precisamente de lo más nuevo.
El 20 de junio de 1984 se presentó un prototipo del Peugeot 205 totalmente eléctrico, fruto de la colaboración del fabricante con la Agencia francesa para el control de la energía (AFME). El objetivo inicial era poder comercializarlo en 1990, más o menos coincidiendo con su mitad de ciclo de vida, lo cual no llegó a producirse. Hubo 20 prototipos.
A nivel técnico estaba bastante avanzado para su época. En el vano motor se encajó todo: baterías, motor y unidad de control. En consecuencia, la habitabilidad y el espacio del maletero eran exactamente los mismos que en cualquier otro 205. Los cambios en el interior eran mínimos y por razones estrictamente funcionales.
En vez de palanca de cambios tenía un selector que permitía invertir la rotación del motor para poder ir marcha atrás. En el tablero de instrumentos un económetro y un medidor de carga reemplazaban al tacómetro y medidor del depósito de combustible. Peugeot previó tener hasta una versión comercial del coche, con las dos plazas delanteras y un metro cúbico de capacidad.
Contaba con la capacidad de recuperar energía en las deceleraciones (frenada regenerativa) y el servofreno también era eléctrico. La dirección no estaba asistida, como en los demás 205. El enchufe se ubicaba en la parte trasera del coche. Por fuera nada le habría hecho sospechoso de no ser un 205 normal y corriente.
Las baterías de níquel-hierro eran de origen Saft, con un peso de 300 kg. La diferencia de peso respecto a un 205 normal era de solo 100 kg, ya que el motor y caja de cambios convencionales también pesan lo suyo. Contaba con 12 módulos de 6 voltios y 230 amperios. Una recarga de 10 horas a 16 amperios (3,68 kW) era todo lo que necesitaba. La recarga rápida era una fantasía entonces.
La distribución de pesos era decididamente una asignatura a superar
Como todo coche eléctrico de la época, no tenía unas prestaciones brillantes. El motor Leroy-Somer tenía una potencia nominal de 8 kW (11 CV) y un máximo de 17,5 kW (23 CV). Con esta caballería podía acelerar a 50 km/h en 11,6 segundos, y como mucho circular a 100 km/h. Lento, pero como utilitario era suficiente.
La autonomía se medía de otra forma por entonces, no había un ciclo normalizado, se utilizaban velocidades promedio. Así, a 40 km/h, podría recorrer 200 kilómetros, mientras que a 70 km/h las baterías aguantarían 140 kilómetros. En otras palabras, la autonomía no era tanto un problema, sino la limitada capacidad de dar energía al motor, por lo que no tenía sentido colocar un propulsor de mayor potencia, que iba a andar lo mismo.
No pasó de la fase de prototipo porque Peugeot no encontró la forma de comercializarlo. El precio habría sido prohibitivo, y por mucho que la electricidad fuese barata, gasolina y gasóleo eran muy económicos. Tampoco había una demanda de coches eléctricos por entonces, las crisis del petróleo de 1973 y 1979 fueron más bien episodios puntuales.
Hubo que esperar al Peugeot 106 Electrique para ver esta tecnología en coches de calle, y sí se fabricó en serie con miles de unidades, aunque sus destinatarios fueron flotas y administraciones públicas. Algunos particulares se hicieron con ellos y todavía hay unidades supervivientes. Su pariente tecnológico fue el AX Electrique y después el Saxo Electrique. Llegaron demasiado pronto.
No será el caso del e-208, del que se van a vender miles de unidades. Seguramente, dentro de 35 años haya unidades supervivientes. Peugeot garantizará que en ocho años o 160.000 kilómetros las baterías van a retener al menos el 70% de su capacidad. Seguirán pudiéndose usar como utilitarios, aunque su capacidad para viajar ya haya quedado un poco comprometida.
Fuente: Forum-Peugeot