Renault y Peugeot se enzarzan en una guerra de lápices, pero no como te la estás imaginando

El mundo no es blanco y negro. La historia nos ha demostrado que hay una enorme paleta de grises y tonalidades alternativas que nos permiten disfrutar de una gran diversidad creativa. En cuestión de gustos no hay nada escrito, pero los fabricantes de coches tienen que tomar difíciles decisiones a la hora de diseñar y crear un coche desde cero. ¿Qué imagen debe tener? Esa es sin duda una de las preguntas más difíciles a las que los diseñadores tienen que enfrentarse. Su decisión puede ser determinante para el éxito o el fracaso de un producto. De un coche en este caso.

Los primeros coches eléctricos apostaron por la vía de lo extravagante y único. Coches que desentonaban entre el trafico corriente con la intención de llamar la atención y dar visibilidad a una tecnología que con el tiempo se ha convertido en el futuro de la movilidad. Con el paso del tiempo y de la evolución hemos visto como esos coches han ido normalizando su estilo. Han perdido parte de esa esencia transgresora, pero sin duda alguna han ganado mucho más. Hoy cuesta diferenciarlos en la calle. Sin embargo, las dudas creativas siguen estando ahí.

Un mismo objetivo, pero diferentes puntos de vista creativos

Peugeot y Renault son claros ejemplos de ello. Las dos son marcas francesas, las dos fabrican coches eléctricos, pero cada una tiene una forma particular de ver el mundo. Peugeot se ha decantado por lo moderno, por lo futurista. Sus últimas incorporaciones eléctricas como los Peugeot E-3008 y Peugeot E-408 ofrecen un aspecto muy diferente. Desde Francia aseguran que están redefiniendo el concepto clásico de SUV. Peugeot asegura estar adelantándose al futuro, adelantándose al gusto de sus clientes, con carrocerías atípicas como las que muestran sus últimas presentaciones. La marca del león seguirá apostando por esta corriente estética para sus futuros trabajos.

El Peugeot Inception Concept está llamado a ser el patrón por el que se guien los futuros lanzamientos de la marca. Un estilo muy agresivo y futurista que se adaptará en función del modelo. Puede aplicarse tanto en un SUV como en un compacto. Mantiene señas de identidad típicas de la marca como las tres tiras de LED para las luces diurnas. Un efecto que recuerda a las garras de un león. Si bien este estilo es impresionante, en Renault lo consideran excesivo. Los del rombo creen que la mejor manera para vender coches eléctricos es tirar del pasado. Recuperar la esencia de los grandes modelos de Renault puede ser la clave del éxito eléctrico.

El ejemplo más claro lo tenemos con el nuevo Renault 5, coche que por cierto ya he tenido ocasión de probar. También se aplica en el Renault 4, recientemente presentado durante el Salón del Automóvil de París. La llegada de Luca de Meo al frente de Renault ha supuesto un soplo de aire fresco para una compañía que está dando mucho de qué hablar, para bien, durante los últimos años. Además de elevar la oferta de productos con incorporaciones como el Austral o el Rafale, Renault ha recuperado nombres ilustres como 4, 5, Scenic o Espace. Luca de Meo quiere apuntalar el futuro a costa de mirar al pasado.

El aspecto retro ha despertado una enorme curiosidad en torno al Renault 5, sin duda uno de los coches más esperados del año. Este interés, que lleva con nosotros tres años, el tiempo que hace desde que se aprobó el proyecto hasta su transformación en un producto tangible, puede animar a otras marcas ha explorar el pasado para sus futuros coches eléctricos. Lo mejor de todo esto es que el gran beneficiado de esta guerra estética no es otro que el consumidor. Los conductores tienen ante sí el abanico creativo más abierto de la historia del mundo del motor. Sólo la imaginación de los diseñadores sabrá lo que nos depara el futuro.