Pinturas bitono, la nueva moda de personalización

Cada vez más modelos tienen como argumento de venta una mayor personalización y gama de colores, no solo ya contando con los de carrocería, también con los de contraste o bitonos. Esta característica es muy interesante para los fabricantes, veamos por qué.

6 min. lectura

Publicado: 07/06/2017 21:00

El 90% de los Citroën C3 se piden en versión alta de gama Shine, con pintura bitono y los Airbumps

Tradicionalmente los coches se han vendido en un único color de carrocería, y el color de contraste solía ser el plástico sin pintar de color negro en los paragolpes, retrovisores, molduras, etc. Eso ha ido a menos, y prácticamente todos los elementos de la carrocería ya van en el mismo color.

En los modelos de tipo crossover el negro ha vuelto como elemento de contraste, con protecciones inferiores y del contorno del vehículo. En este caso no es por ahorrar, ni por ser versiones básicas, es parte del lenguaje de diseño. Hay pocas excepciones, como el SEAT Ateca FR, que tiene hasta las protecciones pintadas en color carrocería.

Pero sin duda otra gran tendencia es la de tener colores de contraste en la propia carrocería, bien en elementos sueltos, como hace el Nissan Juke, o en el techo. Las pinturas bitono pueden abarcar el techo, techo y portón trasero, techo y pilares, etc. El efecto estético es más o menos impactante.

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Hasta los segmentos más exóticos se atreven con las pinturas bitono

¿Cómo se consigue una pintura de dos colores? Hay dos formas básicas de hacerlo, mediante un proceso estándar de pintado, muy meticuloso, o recurriendo a la técnica de vinilado. Esta elección es importante de cara a un proceso industrial.

Fijémonos en un caso muy claro y español, el del Renault Captur. El crossover francés se fabrica en Valladolid, donde se calculó una cuota del 20% para las pinturas bitono, las asociadas al alto de gama. Renault pinta los coches en dos pasadas, una con color base, la siguiente con el color de contraste.

Como no es posible pintar con robots en dos colores sin salpicar fuera de la zona deseada, los operarios han de recurrir a métodos manuales como plásticos y cinta de carrocero. Así, en la segunda pasada, el resultado es muy profesional y prácticamente perfecto.

El Renault Captur va camino del millón de unidades y casi 3 de cada 4 son bitono

Renault se encontró más adelante con un problema: como tanta gente quería el Captur con el techo bitono, la demanda de versiones altas de gama era muy elevada. El proceso industrial de pintado se había quedado corto para atender dicha demanda.

La proporción prácticamente se invirtió: 70% de carrocerías bitono antes de terminar el primer año de comercialización, 2013. Renault se vio forzado a cambiar sus procesos para poder pintar en dos colores los Captur satisfaciendo la demanda.

Sin embargo, esto tiene para el fabricante un interesante efecto secundario: si se demandan más altos de gama, el coche es más rentable, porque va mejor equipado: el cliente se gasta más dinero. A los fabricantes les encanta vender altos de gama, lo que menos les renta es poner en la calle los más básicos, por eso en publicidad solo existen en forma de precio de ataque, no se les ve.

El Suzuki Vitara tampoco se ha quedado fuera de la tendencia, lo mismo podemos decir de otros modelos de la marca japonesa

Otros fabricantes recurren al vinilado, que es recubrir la pintura base original con un film especial que cubre partes del coche. Los colores más habituales son el negro, el gris o el blanco. Si no se van a vender muchas unidades con bitono, es una solución menos costosa a nivel industrial. Lo malo es que dura menos que la pintura, sobre todo en túneles de lavado.

Hay bitonos y bitonos

Por ejemplo, el recién salido Toyota Auris Feel! bitono solo tiene contrastado el techo, por lo que pasa más desapercibido que el Yaris Feel! bitono, con los pilares también coloreados. También van dirigidos a clientes distintos, normalmente son los más jóvenes los que piden una mayor personalización.

La mayor disponibilidad de combinaciones dificulta la posibilidad de que dos coches iguales se encuentren en una gasolinera o un centro comercial. El coche sigue siendo un elemento de expresión y ostentación. En los casos más "extremos" se pueden elegir vinilados tribales, números de competición, banderas, colores especiales... Todo con tal de poder ofrecer un coche único, aunque haya miles de sus congéneres pululando por ahí.

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