El plan de Toyota para fabricar millones de coches eléctricos
Pese a ser uno de los principales fabricantes mundiales de automóviles, el número de coches eléctricos que vendió en 2022 sigue siendo ridículo: 24.466 unidades. Para llegar a sus objetivos de 2030, Toyota debe hacer frente a una revolución radical de sus fábricas
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Publicado: 26/06/2023 22:30
Toyota va tomando nota de lo que le ha estado funcionando a Tesla para convertirse en líder mundial en coches eléctricos, de la misma forma que tomó nota de lo que Ford hacía tan bien en la década de 1950 para analizarlo, mejorarlo, y llevarlo a la práctica. Filosofía kaizen -mejora constante-, para abreviar.
El fabricante japonés trabaja en una familia completa de coches eléctricos, anticipada por la presentación sorpresa de finales de 2015, con 15 nuevos modelos Lexus y Toyota para un futuro cercano. El primero en llegar al mercado, después de Toyota bZ4X y Lexus RZ 450e, será un Lexus en 2026.
Para poder lanzar tantos modelos en tan poco tiempo, Toyota está diseñando cambios radicales en su famoso sistema de producción, TPS, que ha sido imitado por la mayoría de fabricantes del mundo en los últimos años: mínimo desperdicio, procesos a prueba de errores, enfoque obsesivo en la calidad y eficiencia, etc.
Pero fabricar coches eléctricos a lo bestia no es una tarea tan simple. Sí, es más fácil montar coches que tienen menos componentes, un Toyota eléctrico tendrá muchas menos referencias y piezas que uno térmico o híbrido (en ambos casos hay motores de combustión). Pero hay otros factores a considerar.
Tesla ha mostrado el camino de cómo fabricar a escala masiva con procesos muy simplificados y económicos, lo cual, combinado con una política de precios muy orientada a obtener elevados márgenes, le ha funcionado muy bien en su contabilidad, tras 17 años perdiendo dinero. Toyota tampoco es de perder dinero fabricando coches.
Algunas técnicas revolucionarias van a emplearse en el futuro en la producción de coches de Toyota, como puede ser el uso de gigaprensas para simplificar los procesos necesarios para montar un bastidor monocasco. La idea es de Tesla, sí, pero Toyota piensa mejorarla, no copiarla. El uso de gigaprensas reduce el uso de soldaduras o pegamento estructural para juntar piezas de metal.
Toyota aspira a que cada coche se diseñe en menos tiempo, de 30 a 20 meses, mediante una fuerte digitalización del proceso previo a la producción en serie. También aspira a que sea un proceso más simple, más automatizado y menos dependiente de la mano de obra (lo cual iba a ocurrir igualmente).
También aspira a producir cada unidad aún más rápido. De hecho, ha pensado en una cadena de montaje en la que los robots no van moviendo los vehículos de una estación a otra, sino que tan pronto tengan ruedas y puedan moverse por sí mismos, se vayan desplazando por la fábrica hasta superar la línea de inspección.
Este nuevo sistema de producción no es compatible con modelos híbridos o térmicos, harán falta líneas separadas para los eléctricos puros
Hoy día, la producción del Toyota bZ4X en parte es así. Cuando las unidades están completamente terminadas, se conducen solas hasta la línea de inspección sin que los operarios tengan que subirse a los coches. Pasan de un edificio a otro. Sin humos y sin ruidos. Y con menos gente, algo que Toyota sabe desde hace años que va a ocurrir.
Por otro lado, Toyota está tardando mucho en revolucionar las tecnologías de baterías, pero apunta alto con lo que está avanzando. Usarán baterías bipolares de litio ferrofosfato (LFP), de estado sólido con un 20% extra de autonomía en 2027 y de otro 50% extra en la siguiente generación, etc.
Por otro lado, están trabajando en llevar la eficiencia aerodinámica a otro nivel, con diseños que puedan bajar de 0,2 de coeficiente en el plazo de tres años. Dicha cifra no es fácil de conseguir sin medidas un poco extremas para el gusto del consumidor, ni con coches cortos. En definitiva, parece que se está despertando el gigante dormido.
Toyota no se resigna a que un puñado de nuevos fabricantes le coman la tostada. La apuesta por los híbridos fue revolucionaria en 1997, pero ya toca dar el salto a otra tecnología con paso firme, poniendo menos excusas y sin tratar de retrasar lo que va a ser inevitable. Después de tanto giro de guion, seguramente el resultado acabe mereciendo la pena por la espera.
Fuente: Automotive News