¿Podemos fiarnos del cuentakilómetros?

Los kilómetros que ha recorrido un coche demuestran, entre otras cosas, su experiencia. Ese valor se apunta en un cuentakilómetros u odómetro, analógico o digital, que va indicando el paso del tiempo. Es posible que no esté mostrando una cifra real.

6 min. lectura

Publicado: 30/05/2017 20:00

Hay números que tienen una importancia capital, y cuando hablamos de coches lo que marca el cuentakilómetros o el odómetro es fundamental. De ese dato dependerá la valoración de mercado de un vehículo, a diferencia de su valor fiscal, que depende fundamentalmente de la edad. A mayor kilometraje, menor valor.

Los kilometrajes elevados implican mayor cansancio de las piezas, y eso se traduce en holguras, ruidos, vibraciones... y un progresivo encarecimiento del mantenimiento correctivo según van quedando fuera de combate los componentes. El dato es fundamental para saber cuándo hay que hacer mantenimiento preventivo, antes de un fallo importante.

Normalmente nos creemos la cifra que marca este componente del tablero de instrumentos, pero existe la posibilidad de que haya sido manipulado. Esto se conoce como afeitado o rebaja de kilómetros, aumenta artificialmente el valor del coche. Cuando mayor valor se gana, mayor es la estafa, y es un delito cuando existe ánimo de lucro (puede ser legítima una rebaja de kilómetros, por ejemplo reutilizando un tablero de otro coche).

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La estafa se puede evitar usando registros de mantenimiento en los que aparece el kilometraje

En los cuentakilómetros analógicos era necesario emplear un buen rato en desmontar el tablero y manipular manualmente las cifras. Hoy día eso se puede hacer con medios electrónicos en muy poco tiempo, y sin necesidad de grandes inversiones ni de tiempo. Supone una estafa en la mayoría de los casos.

Los fabricantes disponen de máquinas especializadas en diagnóstico que pueden alterar la cifra del cuentakilómetros. En algunos casos, la cifra se almacena en dos lugares separados, de forma que si hay una manipulación, resulta muy evidente. ¿Y si es un concesionario oficial el que lo hace? La cosa cambia.

A finales de febrero se hizo público un escabroso caso en Palm Beach (California, EEUU), donde un ex empleado de un concesionario de Ferrari interpuso una demanda por despido improcedente. Según su versión, se habían rebajado kilómetros en coches para su posterior venta con la complicidad de la marca y por encargo del antiguo dueño (que ganaría más dinero). Descubrió el pastel y le echaron. Es lo que recoge la demanda.

Con el sistema DEIS de Ferrari se almacena mucha información, incluyendo el número de cambios marcha que se han hecho, o cuánto tiempo ha funcionado un motor fuera de régimen máximo. El kilometraje se puede manipular fácilmente de esta forma.

Este caso se tiene que dirimir en los tribunales, pero nos pone en situación. Si un fabricante autoriza -ilegalmente- una rebaja de kilómetros el nuevo cliente no solo se va a llevar un coche más valorado de lo normal, también se pone en riesgo.

Ciertos mantenimientos deben hacerse antes de llegar a cierto límite, como puede ser un cambio de cadena de distribución: si se parte, adiós motor. El intervalo de cambio está programado de forma que la pieza debe aguantar para entonces, e incluso un poco más. Si no se sabe el kilometraje, esos intervalos de mantenimiento no serán respetados, con consecuencias poco agradables y mayor riesgo de avería.

En los modelos clásicos manipular el cuentakilómetros era mucho más tedioso

Una manipulación electrónica es muy difícil de pillar, salvo que se disponga de documentación abundante de cuándo se han estado haciendo los mantenimientos. Quedaría constancia de la lectura del odómetro en las facturas. La rebaja que se podría hacer sin llamar la atención no sería muy cuantiosa. No merecería la pena.

Algunos detalles pueden delatar una rebaja de kilómetros, como signos de desgaste anormal en las zonas de contacto más habituales, véase volante, pedales, holguras en la puerta del conductor, óxido, exceso de suciedad/tierra donde no debería haberlo, etc. El ojo experto se equivoca menos que el profano.

Si un día un taller o concesionario es sorprendido manipulando el cuentakilómetros le puede caer una buena. Si eso se hace con el respaldo del fabricante, las consecuencias pueden ser escandalosas. Si Ferrari realmente ha incurrido en esas prácticas, el escándalo que puede avecinarse será de órdago.

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