Demasiado optimismo. La marca sueca pone al Polestar 4 como abanderado para superar la crisis de los eléctricos sin contemplar un batacazo

En los tiempos que corren con las ventas de los coches eléctricos en caída libre, son varios los fabricantes que han decidido pausar sus estrategias de nuevos lanzamientos a la espera de una recuperación en la demanda, lo cual es complicado que se produzca a corto y medio plazo por la cada vez mayor ausencia de ayudas a la compra. Las marcas que tienen más difícil aguantar el chaparrón son las que se han dedicado sólo a los cero emisiones.

Una factura difícil de soportar, aunque también es cierto que apenas hemos recorrido tres meses del año y quedan otros nueve por delante. Polestar es uno de estos fabricantes que no ofrece coches de combustión, por lo que la situación le puede pasar una importante factura, más de la que ya sufrió a finales del pasado año 2023 y principios de este 2024, en el que necesitó de una inyección de capital pese a que Volvo le cortó el grifo. Aún así, no piensan cejar en su empeño, y prueba de ello son las previsiones estimadas de ventas, en las que el Polestar 4 es pieza clave.

Confiar en la honestidad de una encuesta a clientes es mala estrategia

A medio camino entre una berlina y un crossover, la firma dirigida por Thomas Ingenlath concibe al Polestar 4 como una suerte de SUV coupé, a pesar de que la diferencia con el hermano mayor es más que notable. Pero, dejando a un lado este detalle, lo más interesante es cómo la marca sueca ha lanzado las campanas al vuelo con el último modelo en sumarse a la oferta de productos y que ya está a la venta en Europa, incluida España.

El director general de la marca sueca es demasiado optimista con el rendimiento comercial del Polestar 4,un modelo del que pretenden que sea la punta de lanza de la gama, y el que contribuya a rebasar la barrera de las 155.000 unidades a finales de 2025. Ingenlath está convencido de sus posibilidades descartando un batacazo. Según el jefe de Polestar, la marca cuenta con «una respuesta abrumadora y una disposición honesta a comprar por parte de los clientes», fruto de una encuesta realizada el pasado verano, destacando que para lograr ese objetivo tampoco tienen que vender un elevado número de unidades.

La estrategia de Polestar, menos volumen y más beneficio

Y es que confía en el alto margen que un modelo Premium deja en caja. «Los clientes de esta categoría no sólo quieren coches grandes, gastan mucho dinero en un coche de lujo, y apuestan por el equipamiento y tecnología que ofrecemos». Es cierto, pero Ingenlath pasa por alto un detalle hoy sumamente importante: es eléctrico. Sí, en China gustan los coches grandes, pero no es suficiente en Europa, y mucho menos en Estados Unidos, donde están vetando la comercialización de modelos con materiales en sus baterías provenientes del gigante asiático, por lo que las probabilidades de un éxito abrumador son muy limitadas...