A subasta el último Pontiac Fiero fabricado de la historia y prácticamente a estrenar
Menuda joya acaba de ser puesta a la venta, el último ejemplar fabricado del Pontiac Fiero GT, que además resulta ser la última unidad ensamblada en la mítica factoría Pontiac de Michigan, antes de ser cerrada en 1988. Este ejemplar ha sido preservado durante todos estos años como una pieza de colección y prácticamente se encuentra estrenar, con muy pocos kilómetros y todos los plásticos protectores originales.
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Publicado: 04/10/2020 08:00
Lo hemos dicho muchas veces y no nos cansaremos de repetirlo, resulta increíble la cantidad de vehículos de colección que aparecen cada pocas semanas a estrenar en algún rincón del mundo. Aunque en esta ocasión nos encontramos con un ejemplar muy destacado del modelo y toda una pieza de colección para los aficionados de Pontiac, pues se trata del último ejemplar fabricado del mítico Pontiac Fiero GT de motor central.
A finales de la década de los setenta Pontiac Fiero, un atractivo coupé de pequeño tamaño incluso para los ojos de un cliente europeo y que tenía como propósito ser una alternativa económica y eficiente en términos de consumo para aquellos clientes a los que el Toyota MR2, de planteamiento muy similar.
Aunque desde su nacimiento gozó de numerosos aficionados, lo cierto es que el modelo nunca llegó a ser un verdadero éxito de ventas. No al menos para los estándares de los fabricantes estadounidenses, acostumbrados a vender cientos de miles de unidades cada año de rentables modelos de tamaño medio y grande. Se dice que GM perdió 2.000 $ por cada uno de los ejemplares fabricados.
Tras 5 años en el mercado, fueron ensambladas poco más de 370.000 unidades unidades del primer deportivo de motor central de General Motors (no contamos el Chevrolet Corvair porque este montaba motor trasero, no central). El ejemplar de color rojo que protagoniza estas imágenes es precisamente el último fabricado del modelo, la última unidad del Fiero que salió de la cadena de montaje y por tanto, también es el último modelo de la marca fabricado en la mítica factoría Pontiac de Michigan. Unas instalaciones que estuvieron operativas desde 1927 hasta 1988 y donde se fabricaron modelos tan míticos como los Pontiac GTO, Pontiac Tempest o Pontiac Le Mans, solo por nombrar algunos.
Si estas características no fuesen ya lo suficientemente reseñables como para poder destacar este ejemplar como toda una pieza única, además nos encontramos con que tiene un historial muy particular y conocido.
Para celebrar la finalización de la producción del Pontiac Fiero y el cierre de esas instalaciones, la compañía decidió tener un gesto con los trabajadores de la planta y sortearon entre todos los empleados las dos últimas unidades fabricadas del modelo. Como podéis ver en la galería de imágenes superior, las dos últimas unidades fabricadas en la cadena de montaje de la factoría Pontiac fueron dos ejemplares idénticos y fuertemente equipados del Fiero GT, de las que esta unidad es la última ensamblada.
El primer y único propietario de este especial ejemplar decidió, muy inteligentemente, no estrenar el modelo en su momento. Por lo que prefirió preservarlo como la pieza de colección que es. Esta unidad ahora se encuentra incluida en los listados de una subasta que tendrá lugar el próximo mes de noviembre, donde este ejemplar parte como una de las piezas más destacadas del evento.
Aunque el modelo nunca fue estrenado ni usado regularmente, cuenta con una pequeña cantidad de kilómetros de uso, 582 millas o 936 km, que entendemos han sido realizados durante test-drives o en los mantenimientos rutinarios del vehículo. Pues este sigue luciendo los mismos plásticos protectores que tenía cuando salió de la planta de Michigan en agosto de 1988.
Por el momento no han sido reveladas las estimaciones de precio de esta unidad, pero teniendo en cuenta que se trata del último Pontiac Fiero fabricado y además el último ejemplar ensamblado en la mítica factoría de Pontiac, podemos esperar que sea muy valorado por los coleccionistas locales. A lo que se suma sin duda su magnífico estado de conservación y su ridícula cifra de kilometraje.