Descubierto el Pontiac Trans Am de la última película de Steve McQueen
El último Pontiac Trans Am superviviente de la última película de Steve McQueen, ‘Hunter’, ha aparecido en el granero de una granja cercana a donde fue rodada la película. Por lo que estamos ante un barn find de manual y uno de los hallazgos del año.
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Publicado: 18/12/2018 15:00
A inicios de otoño de este año fue descubierto en un granero de Illinois una de las piezas automovilísticas clásicas más destacadas de la carrera cinematográfica de Steve McQueen, el último Pontiac Trans Am superviviente de los empleados en la película ‘Hunter’, el último largometraje rodado por McQueen.
De los ejemplares del Pontiac Trans Am que fueron empleados inicialmente en el rodaje, a los que más tarde se añadió una séptima unidad, este es el único del que se tiene constancia que siga existiendo a día de hoy, por lo que podemos considerarlo como el último vehículo empleado en una película de Steve McQueen.
La historia de este ejemplar está perfectamente documentada y a pesar de que el pésimo estado que muestra el coche en las imágenes pueda hacernos pensar lo contrario, lo cierto es que ha sido bien conservado durante estas décadas. De hecho, no solo no se ha movido desde que terminara el rodaje hace ya casi 40 años, sino que prácticamente no lo ha tocado nadie desde que fuera depositado en la esquina del granero donde ha permanecido cerca de cuatro décadas.
La historia de este ejemplar es muy curiosa pues durante todo este tiempo ha estado en la granja de Harold McQueen, un granjero de Illinois que no guarda parentesco con el actor, aunque tuvo la fortuna de vivir muy cerca de donde se rodaron muchas de las escenas de la película ‘Hunter’ en octubre de 1979.
Harold McQueen y su familia eran grandes fans del actor, como muchos otros estadounidenses en aquella época, por lo que fueron de los que más se interesaron cuando comenzó el rodaje de la película cerca de sus tierras. Hasta el punto que que Harold McQueen llegó a entablar amistad con los miembros del equipo de rodaje, lo que le permitió incluso conocer al propio actor, con el que incluso llegó a mantener una conversación acerca de su apellido común.
En un momento determinado, en el set de rodaje necesitaron un tráiler que moviera los vehículos que habían sido empleados en las escenas de acción y Harold McQueen se ofreció voluntario. Tras realizar esta tarea, a modo de pago recibió este ejemplar del Pontiac Trans Am, que guardó en su granero con las intenciones de restaurarlo, ya que había quedado enormemente dañado tras el rodaje. Sin embargo y como suele ser habitual en estas situaciones, cerca de 4 décadas después los trabajos de restauración nunca se llevaron a cabo.
El pésimo estado del ejemplar es muy sencillo de explicar, pues de los diversos ejemplares del Trans Am empleados en el rodaje este debía ser el que explotara ante las cámaras, aunque la escena no salió bien a la primera, por lo que tuvieron que contar con otro ejemplar, que sumó la séptima unidad empleada en el rodaje de la película y el que a la postre terminó explotando en la gran pantalla.
Todos los ejemplares se correspondían con la misma versión, Pontiac Trans Am modelo 1979 y fueron contratados directamente con Pontiac. Por lo que en teoría, como esta unidad ya había sido programada para la escena de la explosión debía haber sido entregada de nuevo a la marca, ya que Pontiac no quería que el modelo pudiese acabar de nuevo en la calle. Sin embargo, nadie contó con el trato posterior que los de producción sellaron con Harold McQueen. De este acuerdo se conserva incluso documentación que lo demuestra.
Una vez en manos de Harold McQueen el Pontiac fue almacenado en una esquina de su granero, donde permaneció intacto nada menos que 39 años, hasta que en octubre de 2018 los hermanos Stan y Randy Harvell y Calvin Riggs del concesionario Carlyle Motors llegaron un acuerdo con Harold McQueen para comprarlo. El vehículo ahora se encuentra en dicho concesionario, en Texas, donde sus nuevos propietarios planean restaurarlo, aunque por el momento no se ha revelado si tienen la intención de venderlo una vez haya vuelto a su condición original.
Lo cierto es que a pesar de que el vehículo se encuentra exactamente en el mismo estado en el que se encontraba hace 40 años, muchos de los elementos de la carrocería y el interior han desaparecido, debido a que los miembros del rodaje se los llevaron a modo de recuerdo. De ahí que falten elementos como el capó o los espejos retrovisores, solo por citar un par de ejemplos. Aunque nada de esto es un problema ya que son elementos muy sencillos de sustituir. Los tres elementos clave, como son el chasi, el motor y la transmisión, continúan siendo los mismos con los que el modelo salió de la factoría en su día.
Fuente: HemmingsFotos: Hemmings