¿Por qué SEAT se mete de lleno en los SUV?

A nadie le tiene que sorprender que SEAT haya anunciado su tercer SUV. Es un movimiento totalmente lógico considerando los nuevos gustos de la gente y la forma de ganar dinero de un fabricante en la época actual. Veamos por qué.

7 min. lectura

Publicado: 23/03/2017 21:00

Hace cinco años pocas personas en su sano juicio pensarían que SEAT iba a reemplazar a modelos como el Exeo, el Altea o el Alhambra por SUVs. No hablamos de correspondencias directas, obviamente, pero la ofensiva de SUV de SEAT va en cierto modo encaminada a cubrir huecos de mercado con coches más adecuados para los tiempos que corren.

SEAT ha estado varios años perdiendo dinero, concretamente seis. Los años buenos habían quedado atrás, cuando el mercado español echaba humo con matriculaciones y los Ibiza y León imponían su ley en sus respectivos segmentos con más énfasis todavía. Hacía falta algo más que el "Autoemoción", los FR/Cupra y avanzar en conectividad, y, además, más margen por venta.

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Faltaban todocaminos

El mercado se ha tirado masivamente hacia ese tipo de turismos, estéticamente relacionados con el mundo del todoterreno pero comercializados como urbanos, con peor seguridad activa pero percibidos como más seguros, y más caros que un modelo equivalente no-SUV pero con la percepción de tener un coche de un segmento más alto. Son más altos en altura, no en posicionamiento.

Este será el nuevo tope de gama de la gama SEAT, siete plazas o maletero enorme

Tenemos la confirmación oficial de que habrá un crossover compacto, denominado Arona, basado en Ibiza (segmento B). El Ateca, más relacionado con el León (segmento C). Por encima, tendrá nombre de ciudad española pero no sabemos cuál, y en cierto modo cogerá el hueco que dejan tanto el Alhambra como el Exeo. No se fabricará en España, sino en Alemania.

Ojo, el Alhambra se ha vendido mejor que nunca en 2016

No podemos criticarle nada a SEAT, es un movimiento inteligente. SEAT ya había hecho sus pinitos en el segmento SUV con el Altea Freetrack, que en justicia hay que decir que se defiende muy bien fuera de carretera con su altura elevada y la posibilidad de tener tracción total. Pero en realidad el mercado no parece demandar eso, sino la estética campera, más agresiva aún, y más tecnología que ángulos y cotas para ensuciarlo.

SEAT ha hecho una apuesta decidida por la conectividad gracias a las sinergias tecnológicas con el Grupo Volkswagen y las posibilidades que tiene la nueva plataforma MQB con sus sistemas de infoentretenimiento más avanzado. Esos desarrollos se han pagado con el dinero de un gran grupo, no le habría sido nada fácil a SEAT hacer eso por su cuenta. Desde luego como fabricante independiente habría sido imposible.

La gama de SEAT no echará mucho de menos a los monovolumen Altea y Alhambra, ese papel lo cubren ahora mejor los crossover y los SUV. Nuevamente se beneficia de las sinergias con los modelos Volkswagen Tiguan y Skoda Kodiaq, modelos que el Grupo ha desarrollado para meterse en un segmento que tenían un poco descuidado. Pero los alemanes tomaron nota en buena hora.

Estoy seguro de que esos modelos van a funcionar muy bien, SEAT es una marca que gusta pero que ha tenido temporalmente la falta de producto adecuado. No importa si el Exeo era un coche con una base sobresaliente -a pesar de su veteranía- o si el Alhambra es un modelo más lógico que el futuro SUV. El mercado no siempre atiende a razones lógicas o racionales, y hay que poner en los concesionarios lo que la gente quiere.

SEAT se reorienta como una marca de espíritu deportivo entre los generalistas, con una gama de tres SUV que hacían falta, y con mucha tecnología para seducir a los nuevos clientes. Oiremos hablar más de Android Auto y Apple CarPlay que de la potencia del Ibiza Cupra o del tiempo en Nürburgring del León. Es lo que toca, y las marcas han de centrarse en lo que da dinero. Y ya que sacamos el tema crematístico...

Los mejores resultados financieros de la marca se acaban de anunciar

SEAT ha ganado más dinero que nunca, 143 millones de euros en 2016, y habría sido aún más dinero de no ser por el impacto en la marca del Dieselgate. Y con los SUV va a ganar más dinero todavía, lo cual permitirá apartar dinero para modelos más pasionales, quién sabe. Sería de necios obviar el impacto del Ateca en esas cuentas, que, por cierto, no para de acumular premios.

Nos guste o no, los SUV están aquí, y cualquier generalista que se precie tiene que tener modelos así en su oferta. SEAT tendrá a medio plazo tres modelos en este segmento, que se lleva una de cada cuatro ventas en Europa, y le abrirá la puerta a mercados exteriores. Recientemente el Ateca brilló en las pruebas LatinNCAP con cinco estrellas, ¡otro resultado no tendría sentido!

Cada vez más SEAT abandona la posibilidad de ser desprendida del Grupo por no lograr resultados. SEAT es ya un fabricante rentable, y en pocos años compensará el dinero perdido y el terreno perdido (valga la redundancia). Con sus todocaminos va a conseguirlo, y hay que reconocerlo, no habría sido posible ni con coupés, ni con descapotables, ni con una berlina de representación. La torta habría sido monumental.

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