Por qué deberías comprar un coche eléctrico y por qué ahora
El coche con motor de combustión tiene los días contados y la alternativa más factible es el coche eléctrico. Pero, si bien es evidente que este tipo de movilidad tiene aún mucho margen de mejora, ya cuenta con muchos argumentos de peso a su favor.
13 min. lectura
Publicado: 06/07/2021 22:30
Es muy posible que tú, querido lector de motor.es y conductor habitual, ya te hayas planteado la pregunta de si tu próximo coche debería ser eléctrico. Y es que su expansión es imparable y cada vez cuenta con más argumentos de peso, por lo que, efectivamente, son muchas las razones por las que deberías comprarte un coche eléctrico y muchas de ellas justifican que decidas hacerlo ya, sin esperar más. Vamos a analizarlas.
¿Por qué debo comprarme un coche eléctrico?
Son muchas las razones por las que todo potencial comprador de un vehículo nuevo o de segunda mano debe valorar muy seriamente comprar un coche eléctrico ya en este momento y vamos a hablar de todas ellas, pero antes debemos contar con algo de perspectiva a la hora de entender el porqué del boom de la electricidad en la automoción.
No podemos negar que la tecnología eléctrica en los vehículos tiene aún mucho margen de mejora y que plantea inconvenientes serios que impiden su total implementación en el mercado. Hablamos del coste elevado de los vehículos, de su aún insuficiente autonomía para determinados usos o del excesivo tiempo que lleva recargar las baterías. Desventajas que hacen que para muchos usuarios el coche eléctrico sea inviable como opción de transporte privado habitual.
El vehículo eléctrico es capaz de aprovechar alrededor del 90% de la energía que genera
Entonces, ¿por qué las marcas apuestan tan fuerte por el vehículo eléctrico? Por un lado, toda tecnología incipiente cuenta con un elevado margen de evolución y esta lo ha demostrado durante la última década. Actualmente, encontramos en el mercado modelos con autonomías asombrosas y los precios, poco a poco, comienzan a acercarse a los valores considerados aceptables.
Por otro lado, las administraciones públicas y gubernamentales llevan años criminalizando el motor de combustión con la bandera de la ecología como estandarte. Da igual si tienen razón o no, si simplemente obedecen a estrategias de imagen o si se basan en modelos irreales: lo cierto es que a las marcas no les queda otra que seguir ese camino para cumplir con las normativas anticontaminación. O, directamente, para poder seguir vendiendo coches.
Por todas estas razones, la compra de un coche eléctrico puede ser la opción ideal para muchos conductores y a continuación vamos a profundizar en las ventajas que este ofrece en la actualidad.
Eficiencia energética
Un motor de combustión interna difícilmente se acercará al 50% del aprovechamiento de la energía que es capaz de generar, pues gran parte de ella se pierde en emisión de calor, rozamiento entre piezas o procesos subóptimos.
En cambio, el vehículo eléctrico es capaz de aprovechar alrededor del 90% de la energía que genera, siendo por tanto el doble de eficiente que su homónimo de motor térmico. Ahí no acaba todo, pues estos vehículos cuentan con sistemas regenerativos que permiten recuperar parte de la energía malgastada durante su uso.
No emite gases y partículas contaminantes
Obviamente, la teoría de que el coche eléctrico no contamina nada es una patraña que a estas alturas nadie se cree. Pero es innegable que las ciudades serían mucho más limpias y habitables si todos los vehículos que circulasen por ellas fueran eléctricos.
Eso se debe a que este tipo de coches no emite gases ni partículas contaminantes a su paso. No existe tubo de escape por el que expulsar residuos resultantes de la combustión y, por tanto, no deja contaminación en las calles por las que tantos peatones caminan.
Sí, es obvio que en su fabricación y recarga intervienen muchos procesos contaminantes, pero ese es otro tema.
No hace ruido, no vibra, no emite calor
Otra de las grandes cualidades de un coche eléctrico es su comodidad de uso, pues no emite ruido, no cuenta con un motor que vibre al funcionar ni que emita calor durante el proceso.
En un vehículo eléctrico, lo único que escucharemos es un leve zumbido y el rozamiento de los neumáticos contra el asfalto, así como el del viento contra la carrocería. Algo que puede irritar a muchos apasionados del motor, pero que hará las delicias del usuario medio en el día a día durante el trasiego circulatorio.
Facilidad de conducción
En un vehículo térmico, el motor necesita de elementos como el embrague o la transmisión y, salvo que sea automático, nos obligará a cambiar de marcha y pisar el embrague a menudo, especialmente durante trayectos urbanos. E incluso en un automático, nos conviene pasar a Neutral al detenernos si no queremos sufrir una avería a largo plazo.
En cambio, con un coche eléctrico sólo debemos acelerar y frenar, sin preocuparnos de más. No hay relaciones de cambio, ni retardo en la entrega de potencia: todo es sencillo e instantáneo.
Mantenimiento muy reducido y mayor vida útil
El hecho de no disponer de un motor de combustión hace que el mantenimiento y las posibles averías se reduzcan considerablemente. No es necesario cambiar el aceite, sustituir el embrague o estar pendiente de la correa de distribución.
Esto se debe a que el número de elementos móviles o de fricción es prácticamente inexistente y sólo tendremos que asegurarnos de sustituir el filtro del habitáculo, los frenos o los neumáticos -entre otras cosas comunes a todos los vehículos-, así como chequear periódicamente el estado de las baterías y el motor eléctrico.
A esto debemos sumarle que las marcas ofrecen periodos de garantía muy superiores para la mayoría de los componentes.
La recarga es más económica que el repostaje
Los combustibles fósiles son caros y, en función del periodo en el que nos encontremos, incluso prohibitivos. En cambio, la recarga supone un ahorro de mayor o menor relevancia en función del tipo de cargador y el lugar en el que este se encuentre.
Bueno, del tiempo de espera ya hablamos en otro momento...
Menor depreciación
La degradación de los componentes de un vehículo eléctrico es menor por lo comentado anteriormente, lo que redunda directamente en una menor depreciación con el paso del tiempo.
Esto hará que, si queremos vender nuestro vehículo eléctrico en un futuro, podamos minimizar las pérdidas asociadas a su compra inicial, algo que en el caso de los coches convencionales resulta mucho más dramático.
Prestaciones imbatibles en ciudad
Una de las cualidades más llamativas de un vehículo eléctrico es su aceleración instantánea al pisar el acelerador. Al no haber mecanismos intermediarios como la transmisión, la caja de cambios o el embrague, la entrega de potencia es directa y enérgica.
Eso hace de los vehículos eléctricos una delicia en ciudad, ya que permite salir desde parado con rapidez y comodidad, confiriendo una agilidad imbatible a este tipo de medios de transporte.
A la vanguardia de la tecnología y lo que mola
No podemos negar que el nivel de sofisticación que ha alcanzado el motor de combustión es asombroso, pero lo cierto es que la tecnología del futuro es la eléctrica y en eso se han centrado los grandes fabricantes.
Esto ha generado una carrera endiablada por mejorar, así como la creación de tecnologías y mecanismos extremadamente evolucionados (y lo que queda). Y, bueno, no lo vamos a negar, es que es lo que se ha puesto de moda y eso para muchas personas es una motivación más.
Exención de impuestos
Como hemos dicho al principio, las administraciones apuestan todo al vehículo eléctrico y eso pasa por reducir o eliminar la carga fiscal en relación a los de combustión tradicionales. Algo que podemos ver en los impuestos relacionados con la compra, matriculación o circulación, así como en el lanzamiento de subvenciones directas aplicadas a la compra de los mismos.
Libertad de tránsito y aparcamiento en ciudades restringidas
Otra de las incuestionables ventajas del vehículo eléctrico es la de conferir al conductor una libertad de tránsito y aparcamiento casi total en las ciudades que cuentan con protocolos anticontaminación, zonas de aparcamiento restringido o similares.
Todo vehículo eléctrico cuenta con la etiqueta 0 de la DGT, por lo que podrá circular libremente por Madrid, Barcelona y resto de ciudades que implementarán este tipo de restricciones a corto, medio y largo plazo.
Financiación ventajosa
Finalizamos este repaso con la cuestión de los dineros, que siempre es relevante. Es cierto que el vehículo eléctrico puede ser caro o incluso prohibitivo en función del modelo que nos interese. Pero también lo es que actualmente existen muchas ayudas relacionadas con la compra de un coche o moto de este tipo.
Las entidades financieras ofrecen préstamos con mejores condiciones para la compra de vehículos eléctricos
Esto se traduce en las subvenciones que antes mencionábamos, pero también en créditos especialmente adaptados que las entidades financieras ofrecen con mejores condiciones para fomentar la compra de los mismos.
Quizá no compensará totalmente el sobrecoste en relación a un modelo equivalente con motor diésel o gasolina, pero sin duda hará que al menos sea una opción a considerar en muchos casos.
¿Te hemos convencido? No es nuestra intención, en realidad. El coche eléctrico tiene muchas ventajas, pero también inconvenientes que en muchos casos son insalvables. Al final se trata de analizar nuestros hábitos de movilidad, ver si compaginan bien con los beneficios que aporta y valorar los inconvenientes, que como en todo, siempre los habrá. Que tengas buena reflexión.
Fotos: Freepik