Porsche 550A Spyder victorioso en Le Mans a subasta

Porsche 550A Spyder de 1958.

Una de las piezas más destacadas en el evento de Bonhams en la cita de Scottsdale será este Porsche 550A Spyder de 1958, un modelo de por si raro y valioso, pero que en este caso resulta ser toda una pieza única, pues esta es una de las pocas unidades que empleó la propia marca en competición. Por lo que es un vehículo oficial.

Con el número de chasis 0145, este ejemplar cuenta en su palmarés con un segundo puesto de su clase y quinto de la general en las 24 Horas de Le Mans, y las victorias de su clase en los 1.000 kms de Nürburgring, en las 12 Horas de Reims, en la Zandvoort NAV Race e incluso en el Gran Premio de Holanda. Se cree que este ejemplar es el único de los 550 que llegaron a competir en un Gran Premio.

Un historial como este lo hace destacar sobremanera entre el resto de chasis supervivientes del modelo, del que se llegaron a fabricar tan solo unos 90 ejemplares, de los cuales, 43 fueron destinados a uso particular y por tanto no destinados a grandes competiciones. Su rareza y su historial convierten al modelo en uno de los más deseables vehículos de colección de la marca alemana.

Apodado el matagigantes y con razón.

El pasado año uno de los ejemplares con mejor palmarés del modelo lograba batir todos los registros anteriores y alcanzaba la increíble puja de 5.42 millones de euros durante una subasta en Goodwood. Este tenía la peculiaridad de ser el último ejemplar fabricado del modelo y gozaba de un historial deportivo envidiable, además de un estado de conservación magnífico.

Al igual que la unidad de las fotografías, para la cual, Bonhams no ha querido revelar por el momento estimación alguna de precio.

El 550 Spyder era todo un fenómeno en su momento. Hasta el punto que la SCCA (Sports Car Club of America) prohibió el modelo en sus competiciones alegando que realmente no era un vehículo de producción. Más tarde se supo que vetaron el modelo por ser tan bueno, y que solo pretendían dar al resto de competidores una oportunidad.

Se encuentra en un estado magnífico.

El Porsche 550 Spyder disponía de un tamaño y peso muy reducidos, de ahí su rendimiento. Estaba fabricado en aluminio, tanto bastidor como carrocería, ofreciendo un peso de solo 590 kilos en seco. Contaba con un 4 cilindros bóxer montado tras los asientos con la transmisión a continuación. Sus 110 caballos le permitían alcanzar los 220 km/h y solo precisaba de 7 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado.

Fotos: Bonhams