La leyenda de los rallyes en Porsche explica cómo conducir un deportivo y ahorrar combustible a la vez, lo que ofrece el 911 Dakar

Hace algo más de un año y medio que el Porsche 911 Dakar se presentó, una edición especial y limitada del icónico deportivo alemán que dejaba a un lado las elevadas prestaciones que suele ofrecer en sus versiones apostando por el formato crossover. Porsche cumplía un sueño dando respuesta al Lamborghini Huracan Sterrato.

Poco más de 250.000 euros cuesta cada una de las 2.500 unidades que empezaron a estregarse la pasada primavera, y casi 300.000 si el cliente optaba por distinguirse más y sumar la opción exclusiva de un paquete con componentes más enfocados en los rallyes. Walter Röhrl, bicampeón del mundo de rallyes y piloto jubilado de Porsche, ha sido una pieza indiscutible en el desarrollo de esta variante del 911, del que ha dado algunas pinceladas, al mismo tiempo que explica cuál es el coche ideal y cómo conducir un verdadero deportivo para divertirse, incluso ahorrando combustible.

Potente y con tracción a las cuatro ruedas, el coche ideal para todos los días

Para Röhrl, «un coche de diario tiene que ser potente y contar con tracción total», y en el caso del 911 también. La propulsión trasera, entiende el alemán, solamente debe estar en las versiones más deportivas para circuitos. La tecnología Turbo es clave como la tracción total, un plus de seguridad que va ligado a la dirección. El piloto explica que «si ésta es demasiado precisa, el centro de gravedad quiere seguir la fuerza centrífuga», mientras con la tracción total, el riesgo de que la parte trasera se haga notar más de lo predecible es mucho menor.

El 911 Dakar cuenta con un modo de conducción específico para «Rallye», un sistema que probó Röhrl y del que ha destacado su capacidad para ofrecer una gran diversión en carreteras de tierra fina y grava. Al seleccionarlo, la tracción total se vuelve más pesada en la parte trasera, no existe subviraje y se puede mantener el coche ligeramente desviado. Y si se suelta el pedal del acelerador, actúa directamente un freno motor sobre el eje trasero haciendo que el coche tome las curvas más fácilmente.

Esta es la clave del piloto de la marca alemana para conducir cualquier deportivo, especialmente en curvas. Que el coche esté ligeramente desviado no significa que se salga de la trayectoria pero sí que el morro mire en la dirección que ha de ir. Conducir sobre tierra, grava o nieve implica no girar el volante más de 10 centímetros al mismo tiempo que se acelera, pues aumenta el desgaste de los neumáticos y el consumo de combustible. Incluso advierte, «girar demasiado hace perder velocidad».