A la venta un raro Porsche 935 fabricado en carbono visto y a estrenar

A finales de 2018 fue presentado el espectacular Porsche 935 Clubsport 2019. Una agresiva variante de circuito realizada sobre el Porsche 911 GT2 R, del que toma su bastidor y potente mecánica sobrealimentada de 700 caballos, pero con una atractiva carrocería de fibra de carbono cuyas formas y silueta están claramente inspiradas en el mítico Porsche 935 de competición. Una de las variantes de competición históricas del Porsche 911 Turbo.

Esta versión está destinada exclusivamente a circuitos, ya que no es matriculable como el modelo del que deriva, y fue comercializada como una exclusiva edición limitada, pues su producción estaba compuesta por solo 77 unidades. Cada una de ellas con un precio estratosférico y con la consideración de pieza de coleccionista desde su propio nacimiento.

La unidad que protagoniza estas imágenes es probablemente una de las más llamativas y agresivas que podamos encontrar, además de una de las más raras, pues han sido muy pocos los ejemplares que hemos podido ver de este modelo con la carrocería de fibra de carbono vista. Un acabado que le sienta especialmente bien al deportivo alemán, pues ensalza su imagen y características racing.

El Porsche 935 es un auténtico vehículo de circuito, pues no solo cuenta con un bastidor especialmente desarrollado para exprimir a fondo el vehículo en pista, sino que además dispone de una radical configuración aerodinámica especialmente desarrollada para este uso que incluye la configuración de cola larga de las versiones más extremas y desarrolladas del 935 clásico. Si en el exterior es muy difícil encontrar puntos en común con el Porsche 911 GT2 RS del que deriva, en el interior es prácticamente imposible encontrar paralelismos entre ambos modelos, pues básicamente cuenta con un cockpit de competición, con los asientos y los mandos habituales de un vehículo de carreras.

Este raro ejemplar acabado en fibra de carbono se encuentra a la venta en el especialista Hollmann International de Stuhr, Alemania, donde cuenta con una etiqueta de precio de 1,45 millones de euros. Una de sus principales características es que dispone de un kilometraje ridículo, pues su odómetro solo marca 60 km de uso, por lo que básicamente se encuentra a estrenar.