A los concesionarios alemanes les preocupa la política de Porsche, el Taycan no se vende, tiene prioridad sobre el 911 y vienen dos eléctricos más

Porsche ha superado todas las piedras que se le han puesto en el camino, y no han sido pocas. La marca alemana vive momentos dulces, que tampoco tiene que aferrarse a las opiniones de estos. La prueba más fehaciente llegó con el tremendísimo éxito del Cayenne, que ya va por su tercera generación, y fue calificado como un sacrilegio. El tiempo le ha dado la razón al fabricante que en su historia más reciente, solamente cometió un error: apostar por el diésel.

Lo solventó explotando la tecnología híbrida. Las aguas se calmaron incluso con el anuncio del Taycan. Los fans sabían que Porsche ya se la devolvió una vez más, por lo que en esta inmersión en el mercado de los coches eléctricos supieron estas a la altura. Los que no se quedaron con las ganas de reprochar a los de Weissach porque, en sus primeros tres años a la venta, ha superado las 100.000 unidades vendidas.

El éxito del Taycan hoy no es tal, y afecta a las ventas del 911

Pero lo mismo que se ha encumbrado a lo más alto de los rankings de ventas, también ha caído por su propio peso. El Taycan es, hoy, un coche muy difícil de vender en los concesionarios, y con más oferta que demanda porque, a pesar de que los clientes no están por la labor de apostar por los coches eléctricos, y menos sin ayudas a la compra, la marca no cesa de fabricar unidades. El problema es para los minoristas que no saben cómo desprenderse de ellos.

Los descuentos no están contemplados en el eléctrico, porque quien tiene para hacerse con uno de los 911 más rápidos y exclusivos, lo tiene también para la berlina, el familiar o el crossover. Los minoristas germanos saben que hoy lo que sus clientes demandan es el icono de los deportivos, pero éste también es un problema, al mismo tiempo que la «solución» para el Taycan. Al ser la demanda superior a la oferta, es una oportunidad para tratar de engancharlo.

Vender lo que los clientes no quieren causará un daño irreparable

Benjamin David lo sabe bien. Propietario de un concesionario de coches de lujo en Hamburgo, ha optado por esta táctica para desprenderse de los Taycan. Si el cliente quiere un 911 Dakar o un GT3 RS, no lo tiene y no va a llegar en un plazo considerable de tiempo, saca al Taycan a colación y a rezar que se lo lleven. Para David, «el problema es que las marcas están lanzando al mercado coches por los que realmente no hay interés», y eso también afecta a los clientes, añadiendo que «Los fabricantes Premium ponen en riesgo sus marcas si la pérdida de valor continúa».