La jugada oculta de Europa: coches eléctricos más baratos que los de combustión antes de 2035, cueste lo que cueste
Europa está jugando sus cartas ahora que ya sabe que los coches eléctricos han perdido interés. China ya no es el mayor problema de la población europea, que sabe que alguna vez tendrá que pasar por el aro y dejar de lado la combustión, híbridos incluidos. Algo que puede producirse mucho antes de 2035, indicios ya hay.
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Publicado: 16/11/2024 18:00
Los que se encargan de dirigirnos la vida en Europa saben perfectamente que los coches eléctricos ya no son de interés para una gran mayoría de los ciudadanos del continente. Sus precios, por mucho que los chinos desplieguen sus productos, siguen siendo demasiado elevados, las ayudas a la compra son de risa y la falta de infraestructura para la recarga de las baterías más si cabe.
Europa no está dispuesta a romper su compromiso de imponer los coches eléctricos en 2035, ya lo han dejado más que claro después de renovar el poder de Bruselas a finales de la pasada primavera, abriéndose una ventana a los combustibles sintéticos como una medida excepcional. Sin embargo, esta posibilidad aún no se ha confirmado y no lo hará hasta 2026 cuando se revisarán los planes iniciales a una década de la fecha tope.
¿Coches eléctricos más baratos que los de combustión? Es posible
Lo más importante para las autoridades y la industria es la equiparación de los precios de los coches nuevos de combustión y eléctricos, pero nadie piensa en que el coste de estos últimos se rebaje incluso por debajo de los de gasolina, diésel e híbridos en cualquiera de sus formas. Para muchos, es imposible, pero es mucho más real de lo que piensan, y no depende tanto de los precios de las materias primas de las baterías, sino que está en la mano de las marcas de coches.
Europa ha retrasado la entrada en vigor de la Euro 7 hasta 2030, pero a finales de 2025 un gran número de marcas tendrán que pasar por la caja europea y desembolsar una importante cantidad en forma de multas que, en conjunto, alcanzarán nada menos que los 15.000 millones de euros. Este año, el límite máximo es de 116 g/km, pero este valor descenderá hasta los 94 g/km el próximo año. Una reducción que, a primera vista, no es grande, pero sí lo es.
La tesitura de las marcas, pagar multas o bajar los precios de los eléctricos
El endurecimiento de las normas de emisiones obligará a las marcas a desprenderse de equipamientos, de versiones mecánicas, de ambos, o de «inventarse» la forma de cumplir los límites -sin trampas- apostando por nuevas tecnologías que, obviamente se repercutirá a los precios de los coches, que serán más caros, y van camino de superar el de los eléctricos equivalentes en tamaño. La pelota está en el tejado de las marcas que tendrán que responder a una pregunta muy fácil: ¿merece la pena pagar las multas o abaratar los coches eléctricos?
Porque, no te engañes, Europa seguirá endureciendo los límites de emisiones año tras año y complicando más la vida a las marcas y, de paso, a los ciudadanos, de una forma enmascarada pero con la que obligarán a pasar por el aro antes de 2035. La paciencia de las marcas también tiene un límite, y algún día tienen que estallar y hartarse de pagar multas de muchos ceros un año tras otro.