El insostenible negocio de los coches eléctricos en Europa, otro 'regalo' para Dacia y las marcas chinas
La pillería de los fabricantes no tiene límites. Ahogados por las multas que tendrán que pagar a Europa por exceso de emisiones, han decidido subir los precios de los coches de combustión y, supuestamente, rebajar los de los eléctricos. Una estrategia estúpida que no beneficia a las marcas europeas, sino a otras.
Se acerca un 2025 muy complicado para la industria del automóvil. Las marcas están obligadas a sentarse con los responsables de unas políticas que están causando ya un verdadero estropicio en todo el continente.Renunciar a la combustión e imponer los coches eléctricos es un perjuicio para la población europea, incluso la más adinerada.
Estos ya están asistiendo a una importantísima pérdida en el valor residual de sus coches eléctricos, y eso es también un gran inconveniente para la industria y todo el sistema económico de Bruselas. La última ha sido subir los precios de los coches de gasolina, algo que no es novedad, sino que es habitual en todas las marcas y no es una sorpresa.
Bajar los precios de los eléctricos hoy es un «artificio»
Es lo mismo de todos los años. Los costes suben y los cálculos de las multas que se han de pagar obligan a buscar la forma de compensar las enormes pérdidas. Decir que han bajado el precio de los coches eléctricos es una forma de hacerles saber que ya no tienen excusa para abandonar la combustión, pero la realidad es muy diferente.
La táctica es ofrecer ediciones especiales más equipadas, mantener los precios o subirlos mínimamente marcando una diferencia importante con los de combustión; pero esta medida no sólo ha afectado a los eléctricos, sino también a los híbridos. Las marcas saben que es imposible vender modelos con etiqueta Cero a mansalva en las últimas semanas del año, por lo que los ECO también son bienvenidos.
Es difícil, por no decir imposible, creer que una marca pueda estar dispuesta a perder más dinero -del que ya va a hacer por las sanciones- rebajando los precios de los eléctricos y sacrificando el margen de beneficio. Esa subida de unos cientos de euros precisamente lo que consigue es que los eléctricos sean más atractivos, pero no cuela. Los ejemplares no vendidos son una pérdida y, al mismo tiempo, un beneficio irrecuperable.
Los «créditos» eléctricos salen más baratos para esquivar las multas
El nuevo Skoda Elroq es un ejemplo perfecto. El compacto eléctrico de la marca checa se encuentra a la venta por poco más de 30.000 euros, con una batería con menos de 400 kilómetros de autonomía y un equipamiento de serie decente. Por supuesto, se trata de una versión básica pero que se vende por debajo del coste sólo para evitar las multas de emisiones de Europa. La pregunta que cabe hacerse es qué ocurrirá si el Elroq no se vende lo suficiente.
Un ejemplo que no es cosa sólo de los checos. Mercedes creía que el problema de los coches eléctricos sólo era cosa de Volkswagen. Pagarán cuantiosas multas porque quieren porque, todos, saben que la solución está inventada y algunos ya la han experimentado anteriormente: se llama «Pooling», comprar créditos de emisiones a otras marcas.
Una estrategia que favorece a Dacia y a las marcas chinas
Suzuki acordó en octubre unirse a Volvo en 2025, por lo que esquivará las multas a cambio de una cuantiosa compensación a favor de suecos y chinos. Como los japoneses, los analistas de Barclays dicen que «comprar créditos de aquellos que tienen una gran participación en el mercado de vehículos eléctricos para reducir los promedios de emisiones, podría ser menos costoso que perder dinero abaratando los eléctricos y perder clientes por coches de combustión más caros».
La dimensión del problema es mucho más grande de lo que parece: las marcas no conseguirán el objetivo que van buscando, no van a vender más eléctricos porque los clientes seguirán pasando por el aro de un coche de combustión -o híbrido- aunque sea más caros. Una espiral que dirigirá a los clientes hacia Dacia o, incluso, hacia las chinas aunque la calidad sea inferior. Un círculo vicioso.