Preocupación en la industria por casos de incendio en coches electrificados
Con el aumento de matriculaciones de coches eléctricos e híbridos enchufables es más fácil que aparezcan episodios de incendio en las baterías. Varios fabricantes han realizado llamadas a revisión de modelos de este tipo con muy pocos casos reportados de incendio.
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Publicado: 17/10/2020 21:30
Los fabricantes de automoción suelen probar, requeteprobar y archiprobar sus productos antes de lanzarlos al mercado, sobre todo por el punto de vista de la seguridad. Que los clientes salgan heridos o fallezcan siempre es una mala prensa, y una llamada a revisión obligatoria también lo suele ser.
En las últimas semanas hemos tenido conocimiento de llamadas a revisión de coches de BMW, de Ford y de Hyundai, y por causas relacionadas con modelos electrificados que, en circunstancias muy concretas, pueden salir ardiendo. Automovilísticas y reguladores internacionales están investigando las causas.
A veces se trata de simples defectos de fabricación que se solucionan mediante el «cambiazo» de las piezas afectadas. En el caso de los Hyundai Kona, el problema está originado en el proveedor de las baterías, LG Chem, aunque la causa está pendiente de determinar con exactitud.
Según el director de consultoría Sam Jaffe, de Cairn Energy Research Advisors, el aumento de episodios de incendio está relacionado con el aumento de ventas de vehículos eléctricos, no porque la peligrosidad de estos coches sea superior a la normal, tal y como recoge Automotive News.
Y es cierto que está aumentando mucho la venta de vehículos eléctricos. Ahora mismo Europa lleva la delantera, por primera vez en cinco años se han matriculado más coches enchufables que en China, y eso que los orientales tienen el 60% de los puntos de carga del mundo, muchos más modelos para elegir y un precio medio también inferior (sobre todo por sus modelos domésticos).
Y el ritmo de adopción de los eléctricos y los híbridos enchufables está relacionado con prejuicios de los consumidores. El riesgo de incendio puede ser uno de ellos, aunque hablemos de un fenónemo estadístico raro, y que es más fácil que se incendie un modelo convencional (por cualquier motivo).
Últimamente los fabricantes están hilando más fino con las baterías. Estas consiguen dar más autonomía, entregan más potencia instantánea, permiten recargas a un ritmo mucho más elevado (el triple en 10 años) y su precio sigue bajando por kilovatio hora. Y cuando se hila fino, los límites se van acercando.
Los fabricantes suelen ir con pies de plomo en esta cuestión, todo lo que salga al mercado debe ser seguro incluso en condiciones de utilización que no serían reproducibles por los clientes. Si aumentan los temores por incendios en sus competidores tendrán que ser más cautos, por lo que el desarrollo tecnológico puede ralentizarse.
Hay más temor a que los consumidores crean que esto es un problema, que el problema en sí, que no ha afectado a tantos coches
Es una tecnología segura, pero como toda tecnología tiene sus riesgos. Como pudimos ver el otro día, hasta los talleres de reparación deben adaptarse a los vehículos eléctricos para que su manipulación por parte de los profesionales no comporte más riesgos que tocando otro tipo de vehículos.
Hoy día no suele ser noticia que un coche convencional se incendie, pero sí lo es que un coche eléctrico lo haga, por lo que puede haber una falsa percepción de la dimensión del problema. En su momento corrieron ríos de tinta porque tres Tesla Model S (sí, tres contados) se incendiaron en 2013. El fabricante corrigió los problemas en todas las unidades vendidas, y el tema se terminó.
Cuando un vehículo electrificado se incendia supone una problemática adicional para los bomberos, ya que son fuegos más difíciles de apagar, duran más tiempo y hay que emplear más recursos, y después toca vigilar que las baterías no siguen ardiendo. Pero eso no tiene que preocuparnos más que llevar a bordo decenas de litros de líquidos altamente inflamables o combustibles (lo cual vemos como algo normal).
Si un modelo se ve afectado por una llamada a revisión en España, la DGT contactará con el propietario por carta junto a una misiva del fabricante con instrucciones de cómo proceder. Ahora mismo no hay razones para desconfiar de los vehículos con baterías en una medida superior al de los vehículos convencionales, no exentos tampoco de riesgos.