Qué presión poner a tus neumáticos, dónde verlo y cómo se hace
No solo es una cuestión de seguridad, sino también de eficiencia y rendimiento. ¿Sabes en qué medida afecta a tu coche y su comportamiento llevar una correcta presión en los neumáticos? Te explicamos cómo se revisa, cómo saber cuál es la ideal y, en definitiva, todo lo que necesitas saber.
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Publicado: 01/04/2020 11:30
Los neumáticos son un elemento crítico en nuestro coche. Seguro que habrás escuchado ya en multitud de ocasiones que 'es lo único que mantiene en contacto al vehículo con la carretera', y efectivamente es así. Un buen neumático, y que esté en buen estado, es fundamental. Y en esto, la presión de los neumáticos es esencial.
Respecto a la presión de los neumáticos debes saber cada cuánto tiempo se revisa, de qué manera y cómo se mantienen en la presión idónea, cuál es y cómo saber esa presión ideal y otros aspectos como, por ejemplo, de qué manera repercute mantener nuestras ruedas con una presión superior o inferior a la recomendada por el fabricante. Las variaciones son mucho más importantes de lo que probablemente creías.
¿Qué presión deben tener los neumáticos de mi coche?
La presión de los neumáticos no es la misma para un coche que para otro; para el tuyo, la puedes comprobar en el libro de mantenimiento, o bien puedes recurrir a la puerta del conductor o la tapa del depósito del combustible, que son lugares en los que es habitual que el fabricante incluya una tabla en la que se especifica esta información de manera detallada.
Pero debes tener en cuenta que, además de que la presión de tus neumáticos varía en función de la marca y modelo que lleves, también variará en función de la versión-por acabado- y equipamiento. ¿Por qué? Porque es posible que tu coche en concreto monte unos neumáticos distintos del resto de versiones. Si es un acabado deportivo, por ejemplo, será así.
Y por otro lado, también deberías tener en cuenta que no es lo mismo conducir el coche con una persona y sin carga que ir de viaje con las cinco plazas -o siete, por ejemplo- ocupadas y con el maletero cargado de maletas. El peso que se cargue al vehículo afectará de forma directa al apoyo sobre los neumáticos y, por tanto, la presión se debería adecuar en los mismos antes de emprender la marcha.
Cómo comprobar la presión de los neumáticos de tu coche
Sabiendo dónde encontrar la presión que corresponde a los neumáticos de tu vehículo, ahora queda comprobarla y adecuarla. Esto lo haremos con un manómetro. Podemos tener uno en casa, con un compresor de aire, o podemos aprovechar los de las gasolineras. Que, por cierto, antes eran gratis en todos los establecimientos y ahora es cada vez más frecuente tener que pagar por este 'servicio'.
Lo único que tienes que hacer es ir a una rueda -y después al resto, claro-, desenroscar el tapón de la válvula, conectar el manómetro y ver en el mismo la presión representada en bares. En función de lo que aparezca en la tabla a la que hacíamos referencia anteriormente, pulsaremos el gatillo del manómetro para hacer que se adecue o tendremos que hundir la zona central de la válvula para bajar la presión y adecuarla de la misma manera.
Pero esto debemos hacerlo con los neumáticos en frío. ¿Por qué? Porque el aire caliente tiende a expandirse y, por lo tanto, si hemos rodado durante unos cuantos kilómetros y los neumáticos han subido de temperatura, entonces tendremos una medición errónea. Es decir, que en esta situación el manómetro nos dará una presión algo superior a la que realmente tenemos en los neumáticos de nuestro coche.
Otro punto a tener en cuenta es que se debe revisar la presión de forma periódica, cada 15 días es una buena frecuencia para hacerlo. Y también, hacerlo siempre cuando vayamos a salir de viaje y hacer largos kilometrajes. Cumpliendo estas dos premisas conseguiremos la máxima seguridad y nos aseguraremos de que todo está como debe.
¿Por qué es tan importante llevar una correcta presión en los neumáticos de cualquier vehículo?
Si el neumático está menos inflado de lo que debería, eso significa que la presión es inferior a la recomendada. En ese caso, la goma se 'aplasta' y por tanto se aumenta la superficie de contacto. Esto nos hace suponer que la adherencia será mayor, pero ¿eso es bueno? No, y por varios motivos:
La estructura interior del neumático no trabajará correctamente y notaremos que en curva el comportamiento del coche es inestable, impreciso. Pero además, el esfuerzo de la mecánica será mayor para conseguir lo mismo; es decir, estaremos gastando más combustible de forma innecesaria. Y el dibujo del neumático tampoco trabajará correctamente, sobre todo, en agua.
Si el inflado es excesivo, porque la presión es superior a la recomendada, se reducirá la superficie de contacto causando un desgaste irregular acusado y poniendo en riesgo la integridad del neumático, que podría reventar. En definitiva, ninguno de los dos extremos es bueno para la seguridad de los ocupantes, el rendimiento y la estabilidad del neumático.