Las principales cifras del sector de la automoción en España

En la primera mitad del Siglo XX España era un país muy atrasado a nivel industrial. Tuvo la suerte de no estar directamente implicado en las dos guerras mundiales, aunque sufrió un enorme conflicto doméstico entre 1936 y 1939. Su industria automovilística era casi inexistente tras el final de la actividad de Hispano-Suiza.

Es a partir de los años 50 cuando se sientan las bases del crecimiento de una industria que en primer lugar se enfocó al consumo interno, pero poco a poco se volvió más atractiva para exportar. La integración en la CEE y después la UE dio el espaldarazo total al nuestro país. Ahora somos una potencia.

España es el octavo productor mundial de automóviles y el segundo europeo, y de industriales ligeros es el líder continental. De los 43 modelos que producimos, 20 tienen exclusiva mundial, como el Renault Captur. Es el primer sector exportador de nuestra economía (22% del total) y emplea al 12% de los trabajadores de la industria manufacturera.

El 55% de los robots en España producen automóviles

Fábrica de Vigo y puerto

Los fabricantes de vehículos emplean a más de 67.000 personas, que han invertido 8.000 millones de euros en los últimos cinco años. Exportamos 2,4 millones de vehículos, el 81% de nuestra producción, con una cifra de negocio de 53.700 millones de euros. Este año matricularemos 1,3 millones de vehículos.

No menos importante es el sector de los componentes (proveedores), que generaron 34.000 millones de euros en negocio y 1.207 millones de euros en inversión. Emplean a 212.000 personas de forma directa, que son a su vez empleos indirectos que origina la fabricación. También hacemos componentes para fábricas foráneas.

Por ejemplo, el 30% del Nissan Qashqai tiene componentes hechos en España

Tenemos en el suelo peninsular 17 plantas de producción de automóviles que pertenecen a nueve grupos. El año pasado se fabricaron 2,8 millones de unidades, pronto alcanzaremos los tres millones, el objetivo marcado por ANFAC en 2012. En toda la crisis solo se cerró la planta de Santana (Linares) y una de autobuses en Barcelona. La industria de componentes supera las 1.000 empresas.

Nuestras fábricas están muy bien aprovechadas, con una capacidad de utilización del 80%, uno de los motivos de nuestra elevada competitividad. Ahora mismo ostentamos el tercer puesto, por detrás de Alemania (1º) y Reino Unido (2º). Los sindicatos tuvieron que hacer muchas concesiones para lograr este nivel, los trabajadores tienen las tuercas muy apretadas.

Cada euro de demanda en automóviles genera 3,1 euros en el conjunto de la economía

No todas las plantas están a tope, véase la de Nissan en Ávila, que será reconvertida en un centro logístico cuando termine la producción de los camiones NT400 y NT500. Tras la adquisición de Opel por parte del Grupo PSA, tampoco parece que vaya a cerrarse ninguna planta, pero de cerrar una, sería de la de Villaverde, Madrid, que está infrautilizada.

Las plantas mejor aprovechadas son las que tienen más riqueza de modelos. Por ejemplo, Almussafes (Valencia) produce los Ford Mondeo, Kuga, Galaxy, S-MAX y Tourneo. Martorell (Barcelona) hace los SEAT Ibiza, Arona y León. Vigo (Pontevedra) construye los Citroën Berlingo, C4 Picasso y C-Elysee, además del Peugeot Partner. Las que peor van se ocupan a un modelo en exclusiva, como el C4 Cactus en Villaverde.

Nuestra industria no se duerme en los laureles y debe seguir mejorando para retener los trabajos y seguir siendo competitivos. Varios son los retos a corto y medio plazo, los objetivos estratégicos son aumentar el valor, la inversión, la capacidad de producción, promover un mayor consumo interno, diferenciarnos por la innovación y aumentar las exportaciones.

Los hábitos de consumo están cambiando rápidamente y no podemos perder de vista la pujanza de los nuevos miembros de la UE en el este, un emergente Magreb que se industrializa o las fábricas más lejanas de nuestras fronteras. De momento los sucesivos gobiernos han sabido tratar bien a esta poderosa industria, y los que lleguen deberán seguir haciéndolo.

Tenemos algunas asignaturas pendientes, como la producción de coches Premium (tenemos el Audi Q3 temporalmente y los Vignale de Ford) que den un mayor valor añadido. También está por ver cómo nos afecta el Brexit, la llegada de los coches autónomos o la electrificación masiva del mercado. Ya veremos, las bases de una industria fuerte están asentadas.

Fuente: KPMG, ANFAC y SERNAUTO