Problemas en el Reino Unido: les faltan proveedores y Nissan avisa que no es sostenible

Pasados seis años y medio desde la votación a favor del «Brexit», la salida de la Unión Europea, la industria del automóvil británica sigue sin levantar cabeza. La producción de turismos de 2022 fue la peor desde 1956, es decir, 775.014 unidades. Esa cifra representa una caída del 10% en un año, o del 41% respecto al último año prepandemia, 2019.

Varias son las causas que explican ese retroceso, además del propio «Brexit», que es la reducción de unidades producida por la escasez de componentes, problemas logísticos en la frontera (no hay aranceles, pero sí controles aduaneros y papeleo), una caída de las exportaciones (el 80% se exporta), que Honda ya no produce desde 2021, etc.

Por si hubiese pocos problemas, hay otro nada desdeñable, y es que algunos fabricantes están teniendo problemas para aprovisionarse dentro del mismo Reino Unido, que había sido uno de los principales productores europeos, y eso pone en peligro la competitividad de las fábricas existentes (como para atraer a más).

Fábrica de Nissan en Sunderland (Reino Unido)

El director operativo (COO) de Nissan, Ashwani Gupta, se quejó amargamente el lunes ante los periodistas de que cada vez es más difícil fabricar coches en el Reino Unido. Actualmente Sunderland es la única planta de producción de automóviles que le queda a Nissan en el continente, tras el cierre de la de Barcelona, sin contar las plantas de Renault que fabrican para ellos.

De las 775.014 unidades producidas en 2022, Nissan fue el mayor contribuidor a esa cifra, pues Sunderland produjo 238.329 Juke, Qashqai y Leaf. Eso está por debajo del volumen que logró en su mejor año, 2016, cuando superó el medio millón de unidades. En segundo lugar quedó JaguarLand Rover, que también está pasándolo bastante mal.

Sunderland se había posicionado como una de las plantas más competitivas del mundo, aseguró Gupta, pero eso está en peligro ante la dificultad de lograr proveedores. Pidió al Gobierno de Downing Street que trabaje para atraer más proveedores y que el país siga siendo atractivo para la producción de coches. Leyendo entre líneas, puede sonar a veladísima amenaza.

In-volución de la produccion británica en 10 años (la votación del «Brexit» se produjo en 2016) - Fuente: SMMT

Nissan ya se pilló los dedos asignando Qashqai y Juke al Reino Unido, no fue así con el X-Trail, pero queda la cuestión de reemplazar al Leaf. El veterano eléctrico ya no es tan atractivo y está rodeado de competidores. Será reemplazado por un SUV eléctrico a medio plazo, y para que se produzca dicha asignación, el Reino Unido debe haber mejorado su situación.

No tener proveedores suficientes implica un aumento de costes, ya que hay que importar más componentes desde fuera del país. A partir de cierto contenido de producción foránea hay un problema adicional, y es que puede aumentar la carga impositiva de los coches. Dicho de otra forma, se volverían más caros, por lo tanto menos atractivos, y será la pescadilla que se muerda la cola.

Ciertamente el Reino Unido era un país más atractivo para producir antes del «Brexit», pues mercancías, personas y capitales fluían a ambos lados del Canal de La Mancha sin restricciones, ni aranceles, ni trámites aduaneros. Una cantidad menguante de británicos disfruta de lo votado, mientras aumenta la cantidad de «brexiters» arrepentidos que preferían haber permanecido dentro de la Unión Europea.

Pero el daño ya está hecho, y es el momento de tomar acciones correctivas por parte de los que han provocado el desastre, las autoridades británicas. En el supuesto de que a Nissan le diese por cancelar la producción en Sunderland, teniendo en cuenta los datos de 2022, la producción caería del medio millón en el país entero. Y eso acercaría al Reino Unido al precedente de Australia.

Recordamos al lector que en menos de 10 años (2008-2017), la industria australiana del automóvil se fue a pique. Una mezcla de costes elevados, moneda local fuerte, políticos poco implicados y que, a nivel interno, es un mercado pequeño, concluyó con el cierre de las plantas de Mitsubishi, Toyota, Ford y General Motors. Se llevaron consigo a los proveedores, que se quedaron sin clientes.

Nissan forma parte de la Alianza Renault Nissan Mitsubishi, que ha reforzado sus lazos, y hay fábricas en Europa continental que tomarían gustosamente la carga de trabajo de Sunderland. Además, la atracción de proveedores debe tener en cuenta que cada vez se van a fabricar más y más coches eléctricos e híbridos. En 2022 se marcó el pico histórico, 234.066 unidades. Hablemos de baterías, inversores, motores eléctricos, sistemas de carga, etc. No basta con estampados de plástico, tornillos, acero, etc.