¿Es fácil a largo plazo encontrar recambios para mi coche?
Aunque hay propietarios que deciden cambiar de coche relativamente pronto, antes de cinco años, nos centraremos en aquellos que quieren estirar al máximo la vida útil del suyo con la mínima inversión posible. ¿Conviene elegir un superventas? Unas veces sí, otras no.
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Publicado: 02/03/2018 21:00
Por todos es sabido que la edad de un coche afecta para mal a su valoración, también el número de kilómetros realizados. Esos son los datos básicos que determinan la valoración de un coche, bien lo saben los profesionales, que es lo primero que miran. Otros factores pueden afectar a la baja a su valoración, al alza pocas cosas.
Cualquier síntoma de uso excesivo también penaliza, porque los defectos estéticos revelan falta de cuidado o desidia, también mucho uso, incluso pueden delatar a un coche con los kilómetros rebajados artificialmente (afeitado del contador). Por contra, los síntomas de buena conservación ayudan a valorarlo, así como demostrar un buen historial de mantenimiento.
Una cosa es lo que vale el coche para nosotros, otra, cuánto lo valora el mercado ¡y las aseguradoras!
Pero hay otro factor determinante, y es cuán escaso o abundante es un modelo concreto. A mitad de ciclo de vida de un coche, próximo al restyling, ya se puede determinar que un modelo ha sido muy exitoso, lo cual significa que muchos como él están en la calle. No es lo mismo un Opel Astra que, por ejemplo, un Mazda3, que tiene un punto más exótico.
Si obviamos las versiones muy especiales y escasas, como ediciones limitadas, potentes o muy raras (como 4x4) el grueso de la población tenderá con el tiempo a tener un valor bajo. Cuantos más haya, mayor será esa tendencia. De hecho, nos puede sorprender un hecho, los superventas tienden a sobrevivir poco a largo plazo.
Normalmente el sucesor de un superventas suele serlo también, a menos que se hagan mal las cosas
Si el valor de un coche tiende a bajar mucho, es que tiene un valor venal bajo. Ante la eventualidad de una avería mediana o un pequeño golpe, se suele decir que no merece la pena arreglarlo, y las aseguradoras son muy dadas a hacer este tipo de juicios. Si la reparación vale 2.000 y el valor venal es de 1.000, les sale más a cuenta declararlo siniestro total.
Los modelos que tienen ese problema tienden a acumularse más en los desguaces, y en un estado relativamente bueno. Por ejemplo, el Ford Focus de primera generación, que se empezó a vender en 1998, es relativamente fácil de encontrar en desguaces sin síntomas de accidente grave. Eso implica que es más fácil encontrar piezas de recambio. Más fácil es ver circulando a un Volkswagen Golf de la misma quinta.
Por otra parte, los modelos de gran venta tienen facilidad para encontrar piezas incluso nuevas, ya que los fabricantes de componentes pueden hacerlas bajo licencia si al fabricante ya no le interesa producirlas y la responsabilidad legal de dar recambios ha terminado. También pueden competir en precio respecto al fabricante original.
Encontrar un piloto trasero o un retrovisor para el citado Focus es muy fácil, pero para un Mazda 323 de la misma época, ya la cosa se complica un poco. Pocas unidades supervivientes y escasos valores también complica que haya recambios. Los superventas aguantarán más o menos en función de sus valores venales, por no hablar de su fiabilidad mecánica.
Resulta muy revelador un estudio de la web británica Honest John, que analizó cuántas unidades habían sobrevivido de los 10 mayores superventas de 1993 en el Reino Unido a lo largo del año pasado. De decenas de miles de unidades han pasado a unos pocos cientos, ninguno llega al 1%, la mayoría de hecho ni siquiera llega al 0,5%. Si os interesan esas estadísticas, enlace va. ¿Qué pasó con el resto? Fueron reciclados.
Resulta muy razonable la pretensión de mantener un coche 10-15 años sin que los valores venales sean tan bajos que a la mínima haya que tirar el coche. Además, un modelo muy común es conocido por los mecánicos de cualquier condición y eso facilita conseguir precios ajustados, sobre todo si queremos invertir poco en mantenimiento (dentro de un nivel de calidad aceptable).
Pasada la barrera de los 15 años la cosa se empieza a complicar, sobre todo si llega un arreglo caro. Muchas piezas empiezan a fallar y el reemplazo es más o menos doloroso. Hay modelos en los que falla todo menos el motor, en otros al revés, en otros falla todo. Esos últimos son carne de desguace y están casi extintos.
Seguramente el mejor momento para decidir una compra a medio plazo es pasada la mitad del ciclo de vida, sobre todo cerca del final. Ya se sabe de qué pie cojean, si hay muchos, y lo que cuestan las averías. Por contra, meterse en una compra a largo plazo con un modelo nuevo, especialmente si es inédito en temas de motor, es bastante más arriesgado, la incertidumbre es aún mayor.