Publicidad, marcas de coches y el Rally Dakar
El rally más largo y duro del mundo es una oportunidad para promocionarse de múltiples actores, entre los que se incluyen los participantes, fabricantes, patrocinadores, países de acogida... El Dakar sudamericano está siendo más comercial que en la época africana, la crisis de 2008 se tornó en oportunidad.
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Publicado: 21/01/2018 21:00
En 2008 tuvo que interrumpirse la tradición de celebrar el rally Paris-Dakar por las incertidumbres de seguridad provocadas por el terrorismo. Desde 2009 se celebra en Sudamérica, donde tres fabricantes han alcanzado la gloria en turismos: Volkswagen, MINI y ahora Peugeot, y todas las veces de forma consecutiva.
Los franceses han ganado tres veces seguidas con los 2008 y 3008 DKR, y es la última vez que participan. Ya tuvieron una época de dominio claro entre 1987 y 1990. A buen seguido Peugeot va a rentabilizar el éxito deportivo o pretenderá hacerlo; competir no lo es todo. Es lo mismo que haría cualquier otro fabricante ganador.
Si bien el vehículo ganador solo tiene en común con el 3008 de calle los logotipos y poco más, se puede leer esto en la entradilla del último comunicado de prensa: "Este tercer éxito consecutivo para el equipo Peugeot Total en el rally más exigente del mundo refleja el éxito comercial del PEUGEOT 3008 SUV, que fue elegido 'Coche del Año' en 2017." Un poco forzado, ¿no?
Más de uno se preguntará qué relación existe entre que Peugeot gane la carrera, que el 3008 se venda bien o que se haya logrado el citado galardón en 2017. La respuesta es nada o prácticamente nada, ya que son ámbitos realmente diferentes.
Por ejemplo, el 3008 puede estar vendiéndose literalmente como las rosquillas, pero cosa distinta es que:
- Peugeot participe
- Peugeot termine la carrera
- Peugeot gane la carrera
Eso, por no hablar de las distintas filosofías que dieron lugar al 3008 y el 3008 DKR Maxi. El primero tiene unos atributos comerciales (diseño, tecnología, imagen SUV) y el segundo es un buggy de competición del que pocas soluciones técnicas están en modelos de calle o van a estarlo.
Este pecado no es exclusivo de Peugeot. Los fabricantes sacan todo el rendimiento que pueden a las grandes competiciones a efectos de notoriedad, como Renault en la Fórmula 1, Toyota en el WRC, Porsche en el Mundial de Resistencia, Honda en las 500 millas de Indianápolis, etc. Esto puede acabar confundiendo al consumidor.
A mucha gente no le descubriré la curvatura de la Tierra con estas líneas, pero no menos cierto es que algún cliente despistado puede verse seducido por la relación "ganar el Dakar" - "ese coche mola" (o la que prefiráis). Eso, por lo menos, en la categoría T1, donde ha peleado el 3008 DKR Maxi.
La citada competición es una prueba de resistencia en mayúsculas, donde solamente terminar ya es un logro, y que puede doblegar la voluntad de los pilotos más expertos y perseverantes. Afortunadamente para nuestro Carlos Sainz, la perseverancia es uno de sus lemas, por eso tiene el palmarés que tiene.
Pero además de lo meramente deportivo, que merece un concienzudo análisis en el que no me voy a meter -para eso están los compañeros que tratan competición- lo cierto es que el Dakar es un evento gigantesco a nivel de marketing y, entre otras cosas, busca la promoción de bienes y servicios. Sí, vamos, es un negocio.
Si echamos un vistazo a la web oficial del Rally Dakar, en la sección de "Cifras", nos vamos a llevar las manos a la cabeza. En la 40ª edición han participado 337 vehículos (105 fueron coches) y 525 participantes que han atravesado Perú, Bolivia y Argentina; unos 9.000 km en total. El impacto económico en estos países es de unos 300 millones de dólares al año.
La audiencia televisiva se estima en 1.300 millones de espectadores
A nivel mediático, 1.460 periodistas de 32 nacionalidades lo han cubierto (de forma oficial). Solo localmente hay unos cuatro millones de espectadores (dato de 2017), a nivel mundial es el segundo evento de motorsport más mediático (77% de notoriedad), únicamente por detrás de la Fórmula 1. En redes sociales es otro fenómeno digno de estudio con más de 30 millones de acólitos.
Mucho me temo que cuanto más comercial se vuelva el Dakar, más difícil será que vuelva a su lugar de origen. El año que viene otros fabricantes pugnarán por la victoria, y continuarán moviento este gigantesco motor de marketing. Más allá de los ganadores que se suben al podio están todos los demás, hay más ganadores. Es una de las claves de la supervivencia de este tipo de deportes.