Circulando cuesta abajo, ¿puedo poner punto muerto para ahorrar combustible?
Muchos conductores piensan que aprovechar la inercia del vehículo para circular en punto muerto les permite ahorrar combustible. Esto es posible con modelos antiguos, ¿pero sigue siendo eficaz con los nuevos?
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Publicado: 06/08/2022 16:00
Algunos conductores con muchos años de carnet a sus espaldas tienen la costumbre de dejar el coche en punto muerto en las bajadas para ahorrar combustible. Esto se debe a que en los coches con carburador, esta técnica es efectiva. Dicha costumbre se ha trasladado a muchos conductores actuales que manejan vehículos modernos con sistemas de inyección.
¿El coche gasta combustible cuando rueda en punto muerto?
Los coches modernos con sistema de inyección consumen combustible cuando circulan en punto muerto, pues para que el motor gire es necesaria una pequeña cantidad de carburante que le permite mantener esas 500-700 revoluciones por minuto. Al ralentí, de hecho, se gastan entre 0,5 y 0,7 litros a la hora.
¿Existe alguna manera de no gastar combustible en movimiento?
Sí, los coches dotados de inyección, ya sea monopunto, multipunto o electrónica, funcionan de manera que la inercia anula por completo el consumo de combustible.
Esto se debe a que la energía cinética, es decir, el movimiento, es la encargada de hacer girar las ruedas y el motor por sí misma, siendo innecesaria la intervención del combustible.
Eso sí, en el momento en que pisamos el acelerador o ponemos el punto muerto, el motor necesita aportación de combustible para mantenerse en movimiento. En el primer caso le estamos exigiendo un mayor régimen de giro y en el segundo anulamos la intervención de la energía cinética.
¿Es seguro circular cuesta abajo en punto muerto?
Tanto si estás bajando una cuesta como si te mueves por inercia sobre un terreno llano, te estarás poniendo en peligro si lo haces en punto muerto.
La explicación a esta afirmación se basa en varios puntos. El primero es que los frenos no contarán con la asistencia del freno motor, que sólo interviene al tener una marcha engranada. Esto hará que sean menos efectivos o que se fatiguen prematuramente por exceso de temperatura.
Lo segundo es que el vehículo pierde estabilidad en las curvas, ya que la masa del mismo se mueve por inercia y sin la intervención de la fuerza longitudinal ejercida por el empuje del motor. Simplificando, en lugar de empujarlo nosotros hacia adelante, manteniendo las inercias y suspensiones ‘controladas y en activo’, simplemente reacciona a los cambios de dirección una vez que estos se producen.
El resultado es un mayor balanceo de la carrocería, con la inestabilidad, pérdida de agarre e inseguridad que eso conlleva.
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