Los puntos débiles del Citroën C-Elysée en manos privadas

El Citroën C-Elysée ha sido el vehículo de referencia en la era TC1 del WTCC. Sin embargo, con la marcha de Citroën Racing como fabricante, el modelo del Grupo PSA ya no es ese coche del todo imbatible para el resto. Los Honda Civic y Volvo S60 oficiales se han puesto como mínimo a su altura o incluso un paso por delante, por lo que los pilotos privados que han optado por competir con el Citroën C-Elysée están sufriendo más de lo esperado para estar en los puestos de cabeza. El ritmo evolutivo del Citroën es muy inferior ahora que la marca no está detrás.

Bien es cierto que Rob Huff, Mehdi Bennani, Tom Chilton y de forma puntual John Filippi han luchado por la victoria y los puestos de cabeza, pero eso no impide que todos ellos empiecen a ver algunos puntos débiles en el Citroën C-Elysée. El primero de ellos es la gestión de la gomas, un punto demasiado crítico para los pilotos y los ingenieros. Otro de los aspectos que señalan los pilotos es el sistema de salida, que en su momento fue uno de los detalles más destacados del C-Elysée. Huff lo vivió en sus propias carnes en Vila Real.

El tercer punto débil del Citroën C-Elysée esta temporada es su peso, o mejor dicho, la gestión de los pesos de compensación. Como coche oficial, el Citroën compitió durante casi toda su vida con 1.180 kilos de peso, o lo que es lo mismo, con el lastre completo de 80 kilogramos que impone la organización para compensar el nivel de los distintos vehículos. Aunque este año no es así, ya que los resultados son más discretos, cada vez que el Citroën C-Elysée tiene 80 kilos de lastre el coche no consigue destacar. Sin ir más lejos, en la próxima ronda en Argentina el Citroën será el coche más pesado de la parrilla.

Fotos: FIA WTCC