¿Qué relación hay entre coches eléctricos y el precio de la electricidad?
Existe un -lógico- temor a que la demanda de electricidad de los coches eléctricos acaben teniendo un efecto pernicioso sobre las tarifas, haciendo que suban, y que por tanto sus ventajas queden diluidas. ¿Hasta qué punto ese temor está justificado? Veamos...
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Publicado: 28/07/2021 22:00
Uno de los temas estrella del verano es el precio de la electricidad, a partir de la reforma eléctrica del Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC), por el que se pasa a tres franjas de consumo y tres precios entre semana. Está vigente desde junio. Luego han venido los récords de precio del megavatio hora, pero no a causa de esta reforma.
Ahora mismo el mercado eléctrico es dependiente del exterior en gran parte, por lo que el recurrir a fuentes energéticas extranjeras, como el gas natural, y si encima generan CO2, produce un aumento inevitable de los precios. Lo ideal sería tener una generación 100% renovable, pero eso no siempre es posible.
Por ejemplo, Red Eléctrica Española ha contabilizado para hoy una demanda de 718 GWh en el sistema eléctrico peninsular, de los cuales 325 GWh (47,9%) se han conseguido con energías renovables. Los 31.579 MW de demanda a las 21:00 implican unas emisiones de 3.434,8 toneladas equivalentes de CO2, ¡solo en esa hora!
Ante semejante panorama, habrá quien piense que este es el peor momento posible para que el Gobierno incentive la electromovilidad y que los vehículos eléctricos se líen a tirar de la red y consuman aún más energía. Eso podría escalar los precios hacia arriba y perjudicar a los consumidores más vulnerables.
Por ejemplo, la Asociación Nacional de Administradores de Fincas (AAFF) está preocupada por este tema y ha emitido un comunicado. Dice que «el Estado no cuenta con capacidad alguna de control para proteger al consumidor», aunque se han debido olvidar de la tarifa de último recurso (TUR) precisamente para ese segmento de consumidores.
A la hora de recargar coches eléctricos tenemos que pensar en las recargas habituales, que fundamentalmente se harán de noche -cuando no se usan los vehículos- aprovechando los precios más bajos. De hecho, con la tarifa PVPC es muy ventajoso cargar de 0:00 a 8:00, en tarifa valle, y se puede tener una potencia contratada más alta solo para esa franja horaria.
La nueva tarifa PVPC reemplazó a las existentes 2.0 A (por defecto), 2.0 DHA (de discriminación horaria en dos periodos) y 2.0 DHS (de vehículo eléctrico). Si aceptamos la recarga en periodo llano -el intermedio- como aceptable, es posible recargar de 22:00 a 10:00 a un precio reducido.
El problema de los coches eléctricos es que se generalicen las recargas coincidiendo con los picos de demanda -periodo punta-, pero en todo caso hablaríamos de recargas necesarias por viajes o no tener más remedio, no las habituales diarias que usarán la mayoría de los usuarios. Y este escenario es con una red "tonta".
En una red inteligente los vehículos eléctricos no solo pueden recargarse, también pueden verter energía de vuelta en momentos de mayor demanda. Esto se consigue mediante la tecnología V2G o vehículo a red. Este vertido permite un beneficio económico, vertiendo a mayor precio energía obtenida a menor precio. Será voluntario, obviamente.
El quid de la cuestión de que los vehículos eléctricos no afecten a los precios de la luz es la curva de la demanda. Cuanta más energía se consuma en los periodos valle y llano, y menos se tenga que generar en periodo punta, más ventaja habrá, y los precios pueden ir hacia abajo o mantenerse, pero no subir.
Uno de los males endémicos del sistema eléctrico de los países desarrollados es que se dimensionan para la máxima demanda, por lo que hay periodos en los que literalmente la energía sobra, por lo que se desaprovecha el aporte de las renovables y su almacenamiento es difícil...
... a menos que tengamos decenas de miles de vehículos eléctricos compatibles con sistema V2G y puedan aplanar la demanda. No hay que subestimar el aporte en megavatios que pueden hacer a la red -como una central eléctrica- ni la energía que pueden almacenar para cuando es más necesaria.
Resumiendo: este temor es, a priori, infundado, ya que los consumidores son los primeros interesados en recargar a un precio menor, y no hacerlo en el momento de mayor precio y contribuir a una escalada de precios, como sí pasa con las máquinas de aire acondicionado, cuyo uso no se puede aplazar ni adelantar cuando hace mucho calor.