Radar antifrenazo: ¿existe realmente? ¿cómo funciona?

La Dirección General de Tráfico (DGT) sigue combatiendo las infracciones y accidentes de tráfico a través del aumento y renovación progresivas de su flota de vehículos, así como de la tecnología y herramientas a utilizar con dicho fin.

En este contexto, este organismo ha anunciado que en 2022 contará con más radares y drones para detectar infracciones por exceso de velocidad, uso inadecuado o falta de uso del cinturón de seguridad y uso del móvil, entre muchas otras. Pero el equipamiento más nombrado de las últimas semanas en los medios de comunicación ha sido sin duda el radar antifrenazo.

Qué es el radar antifrenazo

El radar antifrenazo se utiliza para evitar que los conductores de la vía en la que se quiere controlar la velocidad la sobrepasen previamente y, al llegar al lugar en el que se sitúa el cinemómetro de control, frenen para evitar la multa antes de volver a sobrepasar el límite impuesto en dicha vía una vez a salvo de una denuncia.

Pero el radar antifrenazo en realidad es el radar en cascada, un tipo de dispositivo que combina la acción de dos radares distintos. El radar en cascada es un radar doble compuesto por uno fijo señalizado en la vía que se encarga de controlar la velocidad.

El radar antifrenazo es el radar en cascada, un dispositivo que combina la acción de dos radares distintos

A este se le suma un radar móvil situado unos centenares de metros más adelante y que tiene como objetivo detectar a los conductores que aceleran tras pasar el radar fijo. Este segundo radar móvil no está señalizado en la vía, a diferencia del fijo.

El radar en cascada comenzó a utilizarse en Navarra en 2019 y, desde entonces, ha ido proliferando por el resto de la geografía española.

Radar de tramo

Otra modalidad de radar que podríamos decir que previene la práctica del frenazo justo antes de pasar por el punto de control es el radar de tramo.

Este tipo de cinemómetro controla un tramo determinado y no un punto concreto. Para ello utiliza dos cámaras de visión artificial sincronizadas por fibra óptica y satélite que son colocadas al inicio y al final del tramo controlado respectivamente.

Este tipo de cámara graba en todo momento y es capaz de calcular la velocidad media empleada por cada vehículo que circula por el tramo en cuestión, emitiendo una denuncia por exceso de velocidad si la misma es superior a la velocidad máxima permitida.

La particularidad de este tipo de radar es que el conductor puede superar la velocidad máxima en un momento dado, pues lo que realmente se calcula es la velocidad media y si en otros tramos ha circulado muy por debajo de la misma, dicho exceso se compensará.

Sin embargo, es muy efectivo a la hora de evitar que el conductor reduzca la velocidad al pasar por el radar y vuelva a acelerar por encima del límite legal en cuanto lo ha dejado atrás, ya que de ese modo superaría la media permitida y sería multado.

Actualmente, existen 92 radares de tramo en España, siendo colocado el primero en 2010.

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