La DGT se regala por Reyes 15 radares que prometen cazar a los conductores más rápidos sin que se enteren
La velocidad es una de las principales causas de accidente de tráfico en nuestras carreteras. La DGT busca reducir la siniestralidad y se arma con nuevos radares móviles capaces de cazar a los conductores más rápidos.
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Publicado: 10/01/2024 08:00
La Dirección General de Tráfico, promovida por el Ministerio del Interior, busca reducir la siniestralidad de nuestra red de carreteras. La velocidad se sitúa como una de las principales causas de accidentes graves y aunque la mayoría de los conductores cumplen con los límites de velocidad legales, no todos circulan a la debida velocidad. Para cazarlos, la DGT ha sacado a concurso el suministro de 15 radares móviles con un importe total de 1,2 millones de euros, lo que supone un gasto unitario de 78.650 euros.
El límite máximo legal para circular en autopistas es de 120 km/h. La norma es bien clara al respecto. Distribuidos por toda la red nacional encontramos numerosos puntos fijos que miden la velocidad de los vehículos. En muchos casos se trata de un elemento disuasorio con la intención de que los conductores bajen el ritmo ante tramos peligroso o de elevada siniestralidad. Los radares fijos deben ser anunciados previamente, tal y como estipula la ley. Sin embargo, los radares móviles no tienen dicha obligación, lo que anima aún más a circular con mayor precaución.
Nuevos radares de gran espectro para la DGT
Con el fin de armarse para sancionar a los conductores más rápidos, la Dirección General de Tráfico quiere pertrecharse de los dispositivos de medición más precisos y avanzados del mercado. Radares muy costosos que muestran una gran flexibilidad y polivalencia. En este caso, la agrupación de Agentes de Tráfico de la Guardia Civil buscan equiparse con radares de última generación que podrán emplearse tanto en estático, sobre un trípode, como en movimiento, instalados en el interior de los muchos coches camuflados que circulan por nuestras carreteras y que son prácticamente invisibles para el resto de conductores.
El pliego de condiciones exige que los nuevos dispositivos deben tener la capacidad de interceptar excesos de velocidad en hasta seis carriles diferentes en ambos sentidos de la circulación. Es decir, podrán interceptar la velocidad tanto de forma frontal como trasera, de forma simultánea o individual. Además, tendrán la capacidad de distinguir entre turismos, y vehículos pesados. En este último caso la velocidad está limitada a un máximo de 100 km/h en autopistas y autovías. El director de Tráfico, Pere Navarro, ha destacado que si bien la siniestralidad se ha reducido, todavía estamos lejos de los objetivos pretendidos.
En el último año con datos registrados, 2022, la DGT ejecutó un total de 5.542.178 denuncias de diferente índole, un 15,6% más con respecto al año anterior. Gracias a ello la recaudación tocó techo con más de 507 millones de euros, la cifra más alta en los últimos 10 años. Del total de sanciones interpuestas, el exceso de velocidad fue la principal causa, con un total de 3.704.675 multas registradas. Las denuncias realizadas con radares móviles fueron las que más crecieron en 2022, un aumento del 30%, aunque los radares fijos fueron los que más conductores interceptaron, 2,6 millones de multas.
¿Cuáles son los márgenes de error?
Entre los conductores existe un gran desconocimiento sobre cuáles son los márgenes de error de los dispositivos empleados por la DGT. La última generación de radares han aumentado su sensibilidad, aunque siguen sin ser perfectos. El año pasado se realizó una corrección generalizada que estrechó aún más los límites.
- Radares fijos y radares móviles sobre trípode: 3 km/h y 3% por encima de 100 km/h.
- Radares móviles instalados en vehículos parados: 5 km/h y 5% por encima de 100 km/h.
- Radares de tramo: 3 km/h y 3% por encima de 100 km/h.
- Radares aéreos en helicóptero o drones: 5 km/h y 5% por encima de 100 km/h.
Como su propio nombre indica, los nuevos radares móviles de la DGT podrán emplearse en un amplio abanico de escenarios, desde espacios urbanos a carreteras secundarias y autopistas. La nueva entrega completa a los dispositivos ya empleados, el más conocido de todos ellos es el Velolaser. Los agentes de tráfico llevan usándolos desde el 2018. Utiliza ondas láser para medir la velocidad de los vehículos y su gran particularidad es que son capaces de interceptar a los conductores mucho antes de que estos detecten su presencia. Tienen un alcance de casi un kilómetro.
Actualmente, los conductores disponen de varias herramientas que predicen la presencia de un radar fijo. Muchos navegadores actuales incluyen en su cartografía los puntos de medición de la DGT, aunque son mucho menos fiables ante la presencia de un radar móvil. Google Maps y Waze son las aplicaciones más usadas. Su uso es completamente legal. Caso contrario es de los interceptores o inhibidores de radares. En caso de ser utilizados la sanción a la que se enfrentan los conductores es de las más graves con una pérdida de 6 puntos del carnet de conducir y hasta 6.000 euros de sanción económica.