El Rally de Marruecos se adapta a los nuevos requisitos del COVID-19

El Rally de Marruecos es considerado por muchos como el 'simulacro' del Dakar. El terreno por el que trascurre la prueba y su celebración en octubre convierten la cita en el país del norte de África como el último gran test competitivo para muchos antes de afrontar los rigores del raid más duro del mundo. Si bien este apodo hace referencia al ámbito deportivo, la situación generada por el COVID-19 puede provocar que el Rally de Marruecos también sea un ejemplo a seguir para el Dakar en el ámbito organizativo. No obstante, la prueba gestionada por el propio David Castera ha cambiado su formato y organización para adaptarse a la nueva realidad del virus.

El objetivo del organizador del rally ha sido optimizar los gastos logísticos de los competidores y a la vez atender a los nuevos requisitos sanitarios derivados de la pandemia de COVID-19. Por este motivo, la prueba evitará en la edición de 2020 las grandes aglomeraciones y el paso o estancia en grandes ciudades. Se apostará así por un gran bivouac en un lugar único en el que se realizarán las verificaciones técnicas y administrativas, siendo además punto de 'reunión' tras el prólogo y cada una de las cinco etapas de la prueba que tendrá lugar entre el 9 y el 14 de octubre.

Las verificaciones se realizarán en un solo día -9 de octubre- en lugar de dos con el objetivo de celebrar el prólogo ese día y que la competencia real arranque el día 10 de octubre. Además, la organización asumirá todas las comidas de toda la caravana desde el 7 hasta el 15 de octubre, lo que incluye competidores, asistentes y miembros de la organización. Además, el equipo de Castera ofrecerá tiendas estándar o de lujo para los participantes, además de servicio de ducha y baño gratuito a los pilotos que decidan vivir en sus propias tiendas. También habrá una oferta de transporte desde Europa y servicios muy económicos de venta y montaje de neumáticos y reabastecimiento de combustible.

Fotos: Rally de Marruecos