Rayo McQueen de Sphero, el coche teledirigido definitivo
El futuro ha llegado también a los coches de radiocontrol con el nuevo juguete que nos trae la firma estadounidense. Control mediante smartphone, suspensiones, gestos y personalidad propia que harán las delicias de los pequeños (y los no tan pequeños).
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Publicado: 26/05/2017 18:00
Muy probablemente todos los presentes leyendo este artículo habremos pasado parte de nuestra infancia trasteando con coches teledirigidos, ya sean atados a un cable (para los más veteranos) o mediante mandos de radiofrecuencia. Pero la tecnología sigue avanzando y en plena generación smartphone la aplicación de estos dispositivos incluso en juguetes es real.
Pero no quedará ahí la cosa, con lo que a simple vista puede parecer una réplica a radiocontrol más del protagonista de la película Cars de Disney Pixar, esta vez controlado por nuestros teléfonos móviles (Android o iOS) gracias a la tecnología bluetooth; bajo la carrocería hay un gran trabajo tecnológico aplicado con el objetivo de humanizar a este pequeño coche de carreras.
Autonomía de 40 minutos y 10 Km/h de velocidad máxima para este juguete.
Los encargados de este nuevo gadget han sido los chicos de Sphero, ya conocidos por otros productos similares como el BB8 de Star Wars, que esta vez han querido replicar su éxito en versión cuatro ruedas para hacer un Rayo McQueen totalmente interactivo.
Entre sus características, además de las visibles exteriormente como sus expresivos ojos en pantalla LED o su boca con movimiento, este juguete guarda sensores por todo su cuerpo que reaccionan al contacto haciéndole cobrar vida al robot que podrá moverse, mantener expresiones tristes o alegres o responder con alguna de las 300 frases registradas.
Luces, ojos y boca expresivos y suspensión independiente.
Además de eso, el juguete inteligente ha sido desarrollado sin olvidarse de su lado con más actividad, el de la conducción. Por esta razón el coche, controlado por la app Rayo McQueen Sphero puede alcanzar hasta 10 Km/h de velocidad, memorizar coreografías que luego replicará de forma automática o derrapar durante los 40 minutos de autonomía del dispositivo gracias a una de sus grandes novedades, la suspensión electrónica independiente en las cuatro ruedas con la que podrá inclinarse en los cambios de dirección.
Su precio, eso si, no será barato y rondará los 300 euros pero, si tenemos en cuenta que se trata de un juguete interactivo y no un mero coche radiocontrol, o de que enamorará tanto a los grandes como pequeños de la casa, la percepción de su valor será algo distinta.
