Rebellion y JOTA Sport, a la espera del 'boom' de los LMP1

Las expectativas de cara a la temporada 2018 del WEC son muy positivas si se mira de manera exclusiva a la clase LMP1-L, categoría destinada a los LMP1 sin componente híbrido en manos de equipos privados. No obstante, en los últimos meses han surgido de forma paralela varios proyectos muy interesantes como el de proyecto de Dallara y BR Engineering que lucirá los colores de SMP Racing, la propuesta de Ginetta que ya tiene los primeros clientes como el equipo británico Manor o el proyecto de LMP1 colaborativo de Perrinn que también parece tener su acogida. A priori, ByKolles Racing sigue en la brecha.

Con todo, las cuatro propuestas de LMP1-L que deberían competir en la temporada 2018 del WEC no ofrecen las suficientes garantías, por plazos, rendimiento y logística. Quizá el proyecto más sólido por presupuesto y por lo socios implicados es el de Dallara y BR Engineering, pero este proyecto no contempla vender distintas unidades de este LMP1-L a otros equipos en un futuro. ByKolles Racing si parece estar abierto a esta vía, pero el rendimiento mostrado hasta la fecha asusta a cualquier inversor. Por su parte, el rendimiento de los proyectos de Ginetta y Perrinn está por ver en pista.

Todas estas incógnitas, y las limitadas opciones que parece haber a nivel de motoristas, han provocado que Rebellion Racing y JOTA Sport aplacen su posible salto a LMP1 a 2019 para así evaluar los primeros pasos de todos los proyectos. Aunque en ambas estructuras existe la ambición de competir con LMP1 no híbridos, más si cabe en JOTA Sport, al final el discurso es el mismo. Ambas formaciones quieren ver cómo funcionan los distintos LMP1-L, pero también como se ajustan las reglas o el posible 'Balance of Performance'. Con todo, si Toyota y Porsche deciden abandonar el campeonato, en Rebellion podrían acelerar este salto si eso significa luchar por los máximos honores.

Fotos: Rebellion Racing