Los recambios usados ya solo podrán venir de un desguace
A partir del 22 de enero, queda prohibida la comercialización e instalación de cualquier pieza con uso que no tenga como origen un centro autorizado de tratamiento de residuos o CAT, y que haya sido extraída de un coche dado de baja
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Publicado: 23/02/2017 20:00
El mes pasado entró en vigor una normativa que regula con más detalle las funciones de los centros autorizados para el tratamiento de los vehículos al final de su vida útil (CAT), o, simplemente, desguaces. Se trata del Real Decreto 20/2017, de 20 de enero, sobre los vehículos al final de su vida útil, que deroga la norma anterior, Real Decreto 1383/2002, de 20 de diciembre, sobre gestión de vehículos al final de su vida útil.
La novedad principal es la siguiente: los talleres solo pueden utilizar piezas usadas que vengan de un desguace, es decir, serán ilegales aquellos que sean aportados por un particular o de cuya procedencia no se pueda ligar a un CAT. Queda por tanto prohibida la instalación y venta de esos recambios cuando vengan de vehículos dados de baja. Técnicamente se consideran residuos.
Esta regulación adopta los cambios exigidos por la normativa comunitaria, por lo que no hay que pensar directamente en que es una ley a medida para los CAT (aunque sería lo fácil). España, como miembro de la Unión Europea, debe adaptar su legislación a normas comunitarias de rango superior. Indudablemente las empresas que viven de los recambios usados tendrán un mayor volumen de negocio.
Tendrán responsabilidad legal los que comercialicen piezas de origen ilegal, lo mismo podemos decir para los talleres que acepten esos recambios. Eso nos lleva a consecuencias más desagradables, como que en caso de sufrir un accidente con un recambio de origen ilegal, la compañía aseguradora podría lavarse las manos y no tener que indemnizar por daños propios o a terceros.
Por otro lado, cuando se entregue un coche a un desguace, ya no puede llegar con un despiece previo. Hasta el 22 de enero, era legal entregar en un desguace el esqueleto de un coche, después de haber realizado un despiece completo. Si ahora mismo ocurre eso, el mismo CAT puede denunciarnos, es más, está obligado a hacerlo.
La nueva norma tiene alguna ventaja, ya no habrá que pagar por deshacernos de un coche. Es más, se pueden entregar para desguace a los concesionarios de fabricantes o importadores, que no podrán cobrar por ese servicio. Ellos serán los encargados de llevar los vehículos a los CAT para descontaminación, despiece y reciclado.
La nueva norma también se aplica a los neumáticos, también pasa a ser ilegal su venta directa entre particulares, todo tiene que pasar a través de un CAT, aunque podrán entregarse a los talleres para su reciclado sin coste. Serán estos centros los que o bien los vuelvan a poner en circulación para venta, o bien se manden a una empresa que gestione esos residuos y los recicle.
¿Cuál será entonces el destino de aquellas piezas que estén en nuestro poder y que no puedan venderse? Se me ocurren tres posibilidades:
- guardarlas como recuerdo
- entregarlas a un CAT
- ignorar la ley y ponerlas en circulación clandestinamente, con el riesgo que eso supone
Huelga decir que no pretendo hacer apología de la comisión de un delito. Ahora mismo esas piezas tienen la consideración legal de residuos, por lo que no se pueden comercializar. ¿Y regalarlas? Es una buena pregunta que deberá resolver un jurista.
El objetivo es el máximo respeto al medio ambiente
Según datos de la Asociación Española para el Tratamiento Medioambiental de los Vehículos Fuera de Uso, los cambios legislativos a partir de 2002 han logrado que se recicle el 93,5% del peso de los vehículos (dato de 2014 de Eurostat) frente al 76% de 2002. Para el año 2015 el objetivo comunitario era llegar al 95% de recuperación del peso del vehículo.
Con la última reforma, que ha estado paralizada prácticamente un año por haber estado el Gobierno en funciones, se quiere reducir al mínimo la circulación de componentes de automoción que no tengan un control legal. El nuevo RD no va a impedir que circulen piezas de segunda mano, pero se dificultará mucho su circulación.
Por cierto, otro cambio de la norma es que se posibilta el rescate de un vehículo que haya sido dado de baja de forma definitiva, siempre que pueda acreditarse su singularidad o valor histórico, y si mantiene el número de bastidor original. Esta medida sacará del purgatorio a más de un clásico o exótico, y le dará una nueva vida si cae en las manos adecuadas.