Conoce las posibilidades de la recarga inteligente de coches eléctricos (V2G)

La integración de los vehículos eléctricos con la red eléctrica evitará problemas de convivencia en el sistema cuando haya miles en las calles Mientras estén enchufados pueden recargar sus baterías o devolver energía a la red Es posible ganar dinero con el vertido a la red

7 min. lectura

Publicado: 13/08/2017 20:00

Que la población de coches eléctricos empiece a crecer en números importantes va a plantear un reto para la red de distribución eléctrica. Idealmente todos los vehículos eléctricos deberían cargar por la noche, que es cuando al sistema literalmente le sobra la energía, y a una velocidad "lenta" (menos de 16 amperios).

La generación de electricidad se dimensiona para el consumo diurno, cuando la gente está despierta y las empresas están activas. Por la noche siempre hay menos consumo de electricidad, y toda la que el sistema no puede aprovechar se acaba desperdiciando. Almacenar energía a gran escala con alta eficiencia es un problema resuelto solamente a medias.

Pero también habrá cargas diurnas, tanto rápidas como lentas. Esas cargas en hora punta pueden provocar puntuales problemas en el sistema eléctrico; por ejemplo, si empieza a haber miles de cargas a la vez en el mismo horario, como 14:00 a 15:00. Para que el sistema no colapse es necesario introducir el concepto de red inteligente, para gestionar mejor la oferta y la demanda de forma automática.

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Los coches eléctricos van a cambiar mucho las cosas utilizando la tecnología vehicle to grid (V2G) o vehículo a la red. En otras palabras, cada coche estará integrado en la red eléctrica utilizando como intermediario el punto de carga, con conexión de datos. No solamente se puede ralentizar o parar la carga antes de provocar problemas en el sistema, también se puede usar el propio coche como una pequeña central eléctrica.

Imaginemos un turismo con una capacidad de 30 kWh en sus baterías, una cifra bastante habitual en modelos nuevos. Si el dueño solo tiene que hacer 25 kilómetros al día, no necesita usar toda la capacidad de sus baterías, por lo que tendría un excedente. Por lo menos 20 kWh no le serían necesarios, por lo que o no los consume, o los aprovecha para otra cosa.

20 kWh son suficientes para alimentar varias viviendas unifamiliares durante horas

Gracias a la tecnología V2G se puede programar el coche para que recargue energía en el horario en que la electricidad es más barata, y que se vierta a la casa cuando es más cara. Eso supone un ahorro en la factura de la electricidad. Si mucha gente hace eso, se reduce el consumo en horario punta, y aumenta en el valle, lo cual es óptimo para el sistema eléctrico en su conjunto.

Pero aún hay una opción más interesante, y es que los coches eléctricos viertan su excedente de electricidad a la red cuando sea necesario. Imaginemos un pico de consumo motivado por un mayor uso de aire acondicionado en ola de calor. Unos cientos de coches eléctricos pueden aportar energía a niveles comparables a una central eléctrica con la potencia de la nuclear de Garoña (e incluso más). El vertido de electricidad supone ingresos, no es una donación.

El año pasado Nissan inició experiencias de carga inteligente en Holanda, Italia y Reino Unido, de cara a valorar la viabilidad del sistema en el futuro. Según los datos de la compañía, se pueden ganar hasta 1.300 euros al año (*) con el vertido de electricidad sobrante a la red en el caso holandés. Huelga decir que ese dinero ayuda a contener los costes de uso del coche, se puede traducir en electricidad gratis para un uso posterior.

Obviamente el propietario de cada coche puede poner un límite, y no verter a la red más energía de la que va a necesitar después. Eso evitaría la situación absurda de que los coches, tras estar horas en un punto de recarga, tuviesen menos carga de la que tenían antes, o la misma. Luego habrá que cargar más en casa, pero con tarifa valle, se consigue más barata, hay una ganancia neta. Entendámoslo como una especie de reventa.

(*): datos de una flota de varios coches, no por unidad

Con miles de coches eléctricos enchufados a la red es mucho más fácil almacenar los excedentes de energía renovable que no van a ser consumidos. Se han dado varios episodios de tanta generación de energía solar, eólica o hidráulica, que habría bastado para alimentar casi todas las necesidades del sistema. No se consume todo, ya que las centrales térmicas y nucleares no se pueden parar con un simple interruptor: son procesos largos y caros.

Cuanto mayor sea la capacidad de las baterías, más margen habrá para el vertido de electricidad a la red. A mayor energía vertida, más ingresos para el dueño del coche. Aunque no se tradujese el vertido en dinero, sí se puede convertir en un importante ahorro en su factura de todas formas.

Cuantos más coches y más capacidad acumulen, más beneficio para todo el sistema

A medio plazo, si se reducen las necesidades de generación base, se puede apoyar el sistema más en las renovables: los excedentes se almacenan, y cuando no dan suficiente potencia, los coches aportarán un extra. Dimensionar el sistema a la baja implicará un ahorro para todos los usuarios del sistema eléctrico. Solo falta que la legislación no impida esta modalidad. Sería una estupidez total no estar a favor de esta tecnología.

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