Red Bull refleja el nulo atractivo que tiene el DTM para las marcas

El DTM está en crisis. No es un secreto que el certamen gestionado por ITR está en horas bajas y que su futuro es cuanto menos incierto. Así se refleja en la serie de catastróficas desdichas que ha vivido el campeonato en los dos últimos años con la marcha de Mercedes-AMG, la nula capacidad de retener a R-Motorsport o la salida de Audi a finales de 2020, todo de la mano de la falta de atractivo de una normativa 'Class 1' que en su convergencia con el Súper GT no ha logrado que ningún actor nuevo se haya sumado a la serie. Una tendencia que también se puede palpar a nivel de patrocinadores.

Red Bull es el mejor ejemplo de la situación tan compleja que atraviesa el DTM. No obstante, la firma de bebidas energéticas ha sido un importante socio de la serie alemana, al menos de una forma indirecta. Patrocinador personal de Mattias Ekström, António Félix Da Costa o Marco Wittmann, amén del natural vínculo por la presencia del Red Bull Ring en el calendario de la serie, el rastro de la marca austriaca ha ido desapareciendo del certamen como el que pierde el contacto con un viejo amigo de la escuela. La llegada de la normativa 'Class 1' fue la perfecta excusa para dejar el campeonato por la puerta de atrás.

Si bien esto no deja de ser una estrategia comercial, que podría estar asociada a una menor apuesta por los turismos, la realidad es distinta. Y es que Red Bull no ha perdido el interés por las carreras de turismos, sino que no tiene ninguna atracción por el DTM. Más allá del vínculo de Red Bull con Holden en los V8 Supercars, la bofetada de Red Bull al DTM ha llegado con la presentación del Team Red Bull Mugen, estructura del Súper GT. Los lazos que unen a Red Bull y Honda ha sido suficiente para que la inversión austriaca viaja a Japón, a un certamen que también está bajo normativa 'Class 1'. Sin duda, un golpe al orgullo de la serie alemana.

Fuente: Motorsport-TotalFotos: Red Bull Content Pool