La reforma fiscal que declara la guerra a los coches de combustión: triple subida de impuestos

La persecución a los carburantes fósiles continúa y el último informe del grupo de expertos sobre la reforma fiscal que el Gobierno de Pedro Sánchez quiere implementar así lo certifica.

La reforma fiscal que declara la guerra a los coches de combustión: triple subida de impuestos
Esta operación comienza a ser un lujo que cada vez menos se pueden permitir.

9 min. lectura

Publicado: 04/03/2022 16:00

El llamado Libro Blanco sobre la reforma fiscal que el Gobierno de España quiere acometer sugiere importantes gravámenes a los combustibles fósiles, lo que va en consonancia con la repetida persecución de los estamentos públicos a este tipo de energía con el objetivo final de promover los coches eléctricos.

De confirmarse, esto impactaría directamente en la ya de por sí maltrecha economía del más del 90% de conductores españoles que aún utilizan vehículos impulsados con motor de combustión.

El grupo de expertos estima que los vehículos ligeros podrían abonar un céntimo por kilómetro de uso de carretera y los pesados tres

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Y es que, a la espeluznante escalada de los precios de la gasolina y el diésel a consecuencia de la pandemia, la tensión geopolítica y, finalmente, la invasión rusa en Ucrania, se le sumaría un incremento de los impuestos.

Las propuestas del grupo de expertos

En concreto, el grupo de expertos constituido por profesionales con cátedra en Economía y Derecho Financiero y Tributario -y que han sido los encargados de elaborar el informe de propuestas sobre la reforma fiscal-, sugieren que se iguale la fiscalidad del diésel y la gasolina de la automoción.

Actualmente, el litro de diésel se grava con 0,379 euros por litro, mientras que la gasolina ve incrementado su precio final en 0,474 euros por litro. Esto significa que, de igualarse, el gasóleo subiría un 9,82% su precio para equipararse a la fiscalidad de la gasolina.

El comité de expertos aconseja un importante incremento de los gravámenes relacionados con el uso del coche.

A juicio del comité, el hecho de que el 26,9% de los gases de efecto invernadero sean generados por el transporte rodado es en parte consecuencia de «una inadecuada actuación tributaria en este ámbito», incluido «el reducido nivel de la accisa aplicada sobre el diésel de automoción en relación con la gasolina».

Según la previsión del informe, estas medidas se traducirían en un incremento de la recaudación del Estado de 884,08 millones de euros, pese a que la demanda bajaría un 1,97%, según calculan.

Más impuestos

Sin embargo, el informe no se conforma con un incremento de la fiscalidad de los carburantes de automoción, sino que también propone «un aumento general de la fiscalidad de hidrocarburos» para hacer frente a «la diferencia de las accisas sobre carburantes con los niveles medios de la UE-27», hecho que afirman dificulta la transición ecológica y que además «apenas cubren el 60% de dichos costes externos (sin incorporar los asociados a infraestructuras)».

Esto se traduciría en el establecimiento de un precio de 50 euros por tonelada de CO₂, lo que implicaría una subida adicional de 0,514 euros por litro en los dos combustibles antes de impuestos. A consecuencia de ello, España se situaría en el rango alto de los países que más cargan el repostaje de vehículos, sobre todo del diésel, reconoce el documento.

En definitiva, la subida total sería de un 29,19% para el gasóleo y del 15,47% para la gasolina. Esto, según los precios medios a 4 de marzo de 2022, colocaría el importe de ambos carburantes en 2,034 y 1,939 euros por litro respectivamente.

En total, el Estado recaudaría 2.515,11 millones de euros más por el primero y 1.043,03 millones por el segundo, vaticina el informe.

Peajes en las carreteras

El informe también hace referencia a la propuesta de cobrar por uso en las carreteras. En concreto, aconseja la «consideración de mecanismos tributarios para el pago por uso de determinadas infraestructuras viarias», que, además, admite que «está sujeta a debate jurídico, económico y ambiental».

Sin embargo, matiza que «las viñetas y los pagos basados en la distancia se aplican en la gran mayoría de los estados miembros de la UE», opción que defiende al recordar que estos tributos se pueden medir «mediante dispositivos electrónicos».

En concreto, el grupo de expertos estima que los vehículos ligeros podrían abonar un céntimo por kilómetro y los pesados tres, con lo que la Administración recaudaría 1.172,8 millones al año (799,78 los aportarían los coches y 373,04 los industriales), no muy lejos de los 1.241 millones de euros que se han destinado a conservación de carreteras en los Presupuestos Generales del Estado.

La segunda estimación fija el pago de los camiones en 4,9 céntimos, puesto que afirma que estos son 4,9 veces más dañinos para las infraestructuras que los automóviles.

Además, el informe considera que los costes para la sociedad por el uso del vehículo, entre congestión, contaminación (local y global), accidentes, ruido y coste de las infraestructuras, asciende a 31.733,45 millones de euros, por lo que ve posible conseguir esos «ingresos potenciales del tributo sobre uso de un vehículo».

Eso sí, el documento no hace referencia en ningún momento a los beneficios directos e indirectos aportados por la automoción.

Impuesto de matriculación

El gravamen asociado a la compra de vehículos nuevos también sería objeto de reforma en caso de aprobarse las propuestas realizadas en el Libro Blanco. Este establece tres alternativas:

  1. Cambiar los tramos impositivos para incentivar la compra de vehículos nuevos de bajas emisiones, quedando exentos los que emitan menos de 127 gramos de CO₂ por kilómetro (actualmente el límite es de 120). Eso sí, se aplicaría un 5% de gravamen hasta los 155 g/km (ahora pagan el 4,75%); un 10% entre 152 y 175 g/km (ahora la mayoría paga un 9,75%) y el 15% se adjudicaría a los compradores de coches con más de 175 g/km. Además, se aplicaría una carga adicional relacionada con el peso del vehículo (10 euros por cada kg.)
  2. Quedarían exentos los vehículos que emitieran menos de 55 gramos de CO₂ por kilómetro y los que superaran ese límite pagarían un 5% del precio del coche hasta los 127 g/km. Los siguientes tramos abonarían un 10% (entre 128 y 152 g/km), un 15% (153-175 g/km) y un 20%.
  3. Aplicar una tasa de 33 céntimos de euro por gramo de CO₂ hasta los 86 gramos por kilómetro, a 20 euros por g/km entre 86 y 111 g/km, 44 euros entre 112 y 155 g/km, 72 euros entre 156 y 172 g/km y 144 euros para los que superen los 173 g/km.

Los expertos seleccionados por Hacienda también han propuesto cambios en el impuesto de circulación anual y aconsejan que deje de estar vinculado a los caballos fiscales de los vehículos para que la tasa se asocie también a las normativas medioambientales de eficiencia energética o las etiquetas de la DGT.

Fuente: RTVE

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