Reino Unido escuchará a los fabricantes para aliviar la presión sobre los coches de combustión, y Europa debería hacer lo mismo
Tras retrasar cinco años la medida que iba a prohibir la venta de coches de combustión en 2030, el gobierno del Reino Unido está contemplando de nuevo realizar un ajuste de su política de matriculaciones de coches eléctricos para los próximos años.
El año 2024 no ha sido un año especialmente positivo para el mercado de los coches eléctricos. Es cierto que cada vez se venden más a nivel mundial, pero durante este último ejercicio, el mercado se ha enfrentado a un enfriamiento global de la demanda.
Esto ha tenido un efecto directo en prácticamente todas las marcas, que han reculado en sus planes de electrificar sus gamas en el corto y medio plazo, apostando más de forma intermedia por la tecnología híbrida enchufable.
Y todo ello, además, en un contexto en el que las marcas se enfrentarán a millonarias multas si no cumplen con los objetivos de emisiones medias de CO2 en Europa por la cada vez más restrictiva normativa CAFE.
Mientras esperamos a si la Unión Europea rectifica sus planes de cara al 2025, nuestra región vecina Reino Unido está demostrando también que la situación es bien delicada, cerrando el año con más dudas que certezas.
Unos objetivos muy ambiciosos para el Reino Unido
Si Europa sorprendió hace unos años anunciando que los coches con motor térmico no podrían venderse a partir del 2035, Reino Unido quiso adelantarse y marcó su particular fecha en el 2030. Sin embargo, con el tiempo se echaron atrás y 'empujaron' estas restricciones un lustro más, igualándose con sus 'ex' de la UE.
A cambio, este año aprobaron el que se llama 'Mandato de vehículos cero emisiones' (ZEV), por el cual se exige a los fabricantes de coches del país a aumentar sus ventas de coches eléctricos de forma progresiva hasta llegar al 2035.
Para el 2024, se exige que las marcas vendan un 22 por ciento de coches eléctricos y un 10 por ciento de furgonetas eléctricas. La realidad actual en las islas británicas, cuyas cifras tampoco están tan mal, se había quedado lamentablemente en un 18,7 por ciento del global entre enero y noviembre.
De no cumplirse, los fabricantes se arriesgaban a multas de unos 18.000 euros por cada coche que no cumpliese esa meta. Pero ojo, porque el Reino Unido se había marca aumentar la meta de coches eléctricos al 28 por ciento en 2025, al 33, 138, 52, 66 y 80 por ciento hasta el 2030, hasta llegar al cien por cien en 2035.
Reino Unido podría aliviar sus objetivos con los coches eléctricos
Medios británicos advierten que el Ejecutivo británico, liderado por Keir Sarmer, está planteándose reconfigurar este plan y aliviar los porcentajes de matriculaciones exigidos para los coches puramente eléctricos. Y todo porque la demanda de los coches eléctricos en el país «no es suficiente».
Las presiones por parte de la industria han hecho mella, y eso que en su día buena parte de las marcas se habían quejado de que el Gobierno retrasase cinco años su objetivo con los coches de combustión al considerar que no se marcaba una estrategia clara, definida y que generase confianza.
Sin embargo, la situación actual del mercado, con un parón en prácticamente todos los niveles, parece que ha hecho cambiar la mentalidad de los fabricantes, que ahora tienen ocho semanas para presentar sus posiciones sobre el plan de reducir gradualmente las ventas de los coches de combustión y contrastar con el Gobierno si el plan actual es viable o no.
El gobierno británico estaría analizando diferentes opciones para poner en marcha determinadas medidas complementarias de apoyo a la industria. Recordemos que en el Reino Unido no existen incentivos para la compra de coches eléctricos entre particulares, pero sí una fiscalidad favorable para la compra de este tipo de vehículos entre las flotas y las empresas.
¿Debería hacer lo mismo Europa para evitar las también millonarias multas por los objetivos de emisiones de CO2? Las marcas llevan meses reclamándolo y la revisión de sus planes oficiales, prevista para el 2026, podría adelantarse para el año que viene.