¿Renault contra Nissan Barcelona? ¿O son solo números?

El diario japonés Nikkei ha sido el pistoletazo de salida para la defunción prematura de Nissan Motor Ibérica (NIMSA). Las cifras de producción llevan años cayendo y son, en principio, el motivo que alegarán los «mandamases» de Nissan el próximo 28 de mayo, cuando presenten resultados y su futura estrategia.

Fuentes sindicales tienen otra teoría, y es que hay una «estrategia de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi para debilitar y hacer desaparecer a su socio Nissan en Europa», de acuerdo a UGT-FICA. Detrás de este «complot» estaría Renault, con el ánimo de perjudicar a Nissan, su socio de alianza.

El próximo jueves se anunciará el plan de reestructuración, en el que Nissan Barcelona no las tiene todas consigo. Los trabajadores llevan 20 días en huelga una vez que se pudo reanudar la producción, previamente la fábrica cerró para contener la expansión del coronavirus.

Cifras de producción de NIMSA (2010-2020)

Los fríos números no dejan mucho espacio a las especulaciones. Si Nissan cierra la fábrica es porque está por debajo de sus objetivos de producción, algo que lleva ocurriendo años, y que en el mejor resultado de los años recientes no se ha llegado al 70% de capacidad. Ahora ronda su quinta parte, de un total de 200.000 unidades posibles al año.

Para empezar, menor producción es una consecuencia de menores ventas. Desde 2008 Nissan había estado mejorando su posición en el mercado europeo, pasando de un 2,15% de cuota en mercado europeo (UE y EFTA) hasta un 3,92% en su mejor momento, en 2015. Nissan había matriculado 557.354 turismos.

Pero no han conseguido mantenerse. En 2016 vendieron un 0,8% menos, en 2017 un 2,8% más, en 2018 un 12,5% menos y en 2019 un 20,2% menos. Una de las víctimas de la caída de ventas fue el compacto Pulsar, que entre otras cosas fue engullido por la fiebre de los crossover compactos y que han hecho caer en ventas a los compactos (C) en general.

Ahora lo podemos ver de forma gráfica. La producción de Nissan lleva cayendo de forma prácticamente sostenida desde comienzos de la década anterior. Es un desastre anunciado. No han funcionado al nivel esperado ni el Pulsar, ni la furgoneta compacta NV200, ni el trio de pick-ups de la Alianza (Alaskan, Navara y Clase X).

El razonamiento de los sindicatos es que Renault busca que a Nissan le vaya mal para que haya que cerrar la planta y se tenga que mandar producción a Francia. Eso en parte ya ha ocurrido, porque las NV200 con motor diésel se dejaron de fabricar y el testigo lo tomó la NV250, que no es más que un remarcado de Kangoo.

Lo mismo podría decirse del nuevo Nissan Micra, que se produce también en Francia en una planta de Renault. Los modelos de éxito comercial se han asignado a Sunderland (Juke y Qashqai), además del eléctrico Leaf, pero la adjudicación del X-Trail se hizo a Japón por lo del "Brexit".

Según estos sindicatos, la planta catalana es víctima de un «canibalismo empresarial» que hace que compitan centros europeos entre ellos. ¿O se trata simplemente de que Nissan ha errado con el enfoque comercial de sus modelos asignados a Barcelona, algo que es tendencia mundial respecto a la gama Nissan?

Además, la posible caída de Nissan no solo afectaría a la propia planta, sino a las plantas auxiliares que sirven componentes, tanto de Nissan como de empresas que trabajan para ellos. Recordemos que Nissan estuvo a punto de cerrar otra planta en España, la de Ávila, que ha sobrevivido como un centro de recambios y componentes.

La salvación de Nissan va por este camino: que sea más barato mantenerla abierta que cerrarla

La salida de la crisis de Nissan en España podría pasar por la especialización, dedicarse -por ejemplo- a la producción de paquetes de baterías, o darle un nuevo enfoque a su gama. Sin ir más lejos, recientemente se anunció una versión XL de la e-NV200, un producto de baja tirada, pero que da idea de que las cosas pueden hacerse de forma diferente.