Renault resucita el diésel y el Mégane donde menos lo esperas, un desafío a los chinos en Europa
No se tendría que haber despedido tan pronto. Como a otros muchos compactos, el Mégane tenía larga vida por delante y el Symbioz tiene muy difícil cumplir con su papel. Pero el cinco puertas francés no está muerto del todo porque el Renault Mégane GrandCoupé sobrevive en otros países europeos y hasta con motor diésel.
Hace más de año y medio que el Renault Mégane se despidió del mercado, un adiós sigiloso que la marca gala prefirió para ir agotando el stock de unidades fabricadas y pendientes de encontrarle un nuevo dueño, al mismo tiempo que diseñaba el lanzamiento del nuevo Symbioz. Un crossover que los del Rombo se sacaron de la manga con un doble papel.
Porque, al mismo tiempo que se trata de un Captur alargado y puede captar a los clientes de este modelo que buscan algo más espacioso, también ocupaba el hueco del compacto de cinco puertas. Sin embargo, hace poco tiempo hemos sabido que la fórmula no ha terminado de funcionar como esperaban en Alemania, donde al Mégane se le echa bastante de menos.
El Renault Mégane GrandCoupé «estrena» motor diésel
No es la única jugada que no le ha funcionado a Renault, porque la del Megane E-Tech Electric tampoco lo hizo y la del Symbioz era la última bala. Esto es lo que hay en los países de Europa occidental porque los de la parte oriental no tienen este problema. Mercados como Polonia o la República Checa siguen contando con el Renault Mégane GrandCoupé.
Una berlina con un porte más deportivo y elegante, que las divisiones de estos países reconocen que se lanzó a mediados del año pasado para «satisfacer la demanda de los clientes no muy aficionados a los coches eléctricos» y donde hasta ahora se vendía exclusivamente con un motor de gasolina. Una sola opción mecánica con el conocido motor 1.3 TCe de 140 CV y asociado tanto a un cambio manual de seis velocidades como a la automática EDC de siete velocidades.
Renault planta cara a los chinos en Europa del Este
Esta transmisión es con la que también está disponible este Mégane GrandCoupé y la nueva opción mecánica diésel que se ha sumado a la oferta con el conocido 1.5 dCi de 115 CV. Renault ha destacado que se trata de una combinación muy interesante, con unas prestaciones que hablan por sí solas ya que su consumo medio de combustible es de 4,7 l/100 km, y dispone de una autonomía máxima sin repostar superior a los 1.000 kilómetros.
Además, solo por el hecho de ser diésel disfruta de un equipamiento de serie mejorado frente al gasolina, asientos tapizados en cuero, monitorización de puntos ciegos, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, faros LED Pure Vision o portón del maletero eléctrico.
Por supuesto, esta opción también es más cara que el gasolina. En Polonia, cuesta entre 27.288 euros y 28.186 euros, y también tiene una explicación la llegada de esta versión: contrarrestar a los chinos con un producto que ellos no tienen, ni por prestaciones ni por relación calidad / precio.
