El Renault Talisman que nadie conoció, una oportunidad perdida que pudo haber cambiado el juego

Todas las marcas cometen errores, algunas de bulto, durante el desarrollo de nuevos modelos, y los del Rombo no son ajenos a esto. Renault tiene mucho que arrepentirse y un ejemplo claro fue el del Talisman. La historia de esta trágica berlina y alto de gama de la marca francesa fue un cúmulo de errores desde el principio hasta el final, lo que le condenó a muerte.

El primer gran error que cometieron los galos fue lanzar un modelo que venía para enmendar el fracaso del último Laguna y del Latitude. La estrategia que tampoco le salió bien a los del León con la primera generación de un 508. El Talisman asumió el papel de dos segmentos, el D y el E, debutando con la ambición de un Premium.

Renault pudo tener un familiar deportivo y no quiso

Este fue un motivo por el que cambió la carrocería del cinco puertas por la del clásico sedán, sumando también el característico familiar. Pero, en 2014, Renault había estrenado un departamento de Programas Especiales dentro de su centro de diseño, y su pasión por la deportividad, llevó a los técnicos a desarrollar una versión de altas prestaciones: un Renault Talisman RS, que nunca estuvo en las quinielas, realmente existió.

Pero no se concibió sobre la berlina de tres volúmenes, sino sobre el Talisman Grandtour. Las únicas imágenes que existen son del exterior, y puedes ver que no se escatimaron recursos. Los paragolpes eran distintos, incluso con canalizaciones aerodinámicas el trasero, las llantas de aleación se habían heredado del último Mégane RS y el delantero contaba con la bandera a cuadros para la luz diurna en las tomas de aire de los extremos.

El Talisman RS era un familiar de altísimos vuelos

Axel Breun, director de la división de Programas Especiales en la época, ha explicado en una entrevista que «el Talisman RS fue sólo un ejercicio de diseño, y no se contempló ni el interior ni el apartado mecánico». Algo natural cuando el propio fabricante no considera este tipo de versiones; pero, si hubiese tomado el motor del compacto más radical, el 1.8 TCe de 300 CV, junto con el 4Control y un chasis más refinado, el Talisman habría sido visto con otros ojos.

No lo sabremos nunca, pero estamos seguros de que Renault hizo pruebas de este Talisman RS con mulas que pasaron desapercibidas a los ojos de todos. Es algo innato de la marca francesa, saber cómo se comportaría dinámicamente. Lo cierto es que resulta curioso saber que algunos diseñadores soñaron con plantarle cara a un Skoda Octavia RS...