Renault y Chrysler: La historia no contada del origen del monovolumen moderno
Todos conocemos el eterno debate sobre el primer monovolumen del mercado, ¿Renault o Chrysler, quien lo inventó primero?. Lo que no es tan conocido es que no fueron ellos quienes idearon el MPV actual, sino que emplearon proyectos desechados por otras marcas.
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Publicado: 14/01/2017 14:00
El debate interminable, Renault Espace o Dodge Caravan (Chrysler Voyager), ¿cual fue realmente el primer MPV moderno?. Lo cierto es que oficialmente ambos fueron lanzados al mercado casi simultáneamente, el primer ejemplar del modelo americano salía de la factoría en noviembre de 1983 y la primera unidad del modelo galo salía de la factoría de Matra en la primavera de 1984, pero esa fecha solo nos indica cuál llegó primero al mercado.
Por lo que nos puede llegar a engaño, ya que cualquiera de las marcas podría haber empleado más tiempo en su desarrollo o haber retrasado su lanzamiento, la pregunta realmente importante es ¿a quién se le ocurrió primero?.
La respuesta a esa pregunta es la parte más interesante y desconocida de la historia de estos modelos, ya que la responsabilidad original de los mismos no se la debemos ni a Chrysler ni a Renault, sino a Ford y a Peugeot, precisamente sus rivales. Que tuvieron que asistir como espectadores al enorme éxito de los proyectos que habían desechado anteriormente.
En primer lugar, debemos definir claramente el término monovolumen, puesto que para muchos un furgón Volkswagen Kombi clásico ya cumplía esa función muchos años antes. Cierto, pero que cumpliera esa función no significa que lo fuera. El Kombi era y es un furgón, no un turismo, por lo que las diferencias de su bastidor y construcción son claras y evidentes.
El término monovolumen se acuñó en el mercado en los años 80 para definir aquellos turismos de carrocería elevada, gran capacidad y sobre todo, aquellos cuyo perfil estaba compuesta por un solo volumen principal. Pudiendo ser dibujados en un solo trazo. Volkswagen siempre tuvo rivales para estos, pero seguían siendo furgones adaptados para pasajeros.
La historia de ambos modelos se remonta realmente a la década de los setenta. En el caso del americano, este fue un proyecto llamado Maxivan que se gestó en Ford en 1974, aunque fue desechado por la compañía. Unos pocos años después, los empleados involucrados en el proyecto, Lee Iacocca y Harold Sperlich, recalaron en Chrysler donde pusieron en práctica la idea original, comenzando el desarrollo del proyecto T115 en 1977 que llegó al mercado en la forma del Dodge Caravan y Plymouth Voyager, ayudando a rescatar a la entonces maltrecha Corporación Chrysler.
Paralelamente, aunque de una manera más rocambolesca, en Inglaterra se estaba gestando un proyecto similar, pero no en Renault o Matra sino en las instalaciones de Chrysler UK. Chrysler había adquirido el Grupo Rootes en el Reino Unido, Simca en Francia y el Grupo Barreiros en España, fusionándose a finales de los sesenta para formar Chrysler Europa, que comercializaba distintas marcas en el viejo continente.
A este proyecto se unió Matra, que en ese momento era socio de Simca, y la intención original era comercializarlo bajo la marca Talbot, firma desaparecida en los años cincuenta y propiedad del Grupo Rootes. Durante el desarrollo del proyecto, el grupo PSA adquirió Chrysler UK y Simca, además de los derechos de la marca Talbot. Por lo que el proyecto continuó bajo el paraguas de PSA y se pasaron a crear prototipos ya con elementos Peugeot en sustitución de los creados con piezas procedentes de Simca.
No sabemos precisar cuándo, pero en un momento dado a PSA no le agradó el proyecto y lo eliminó, cediéndolo a Matra. La pequeña compañía francesa, que hasta ese momento solo fabricaba armas y deportivos de nicho le ofreció el proyecto a Renault, y el resto de la historia ya lo conocemos.
Matra fue la encargada de fabricar las 3 primeras generaciones del Espace en su factoría, hasta 2002, y también fue Matra la responsable de la carrocería de fibra de vidrio original, dada su experiencia con este material en sus deportivos y en competición.
Así mismo, fue Matra la encargada de fabricar el Espace F1. Un prototipo funcional creado a partir del Espace y el motor de Formula 1 campeón que empleaban los imbatibles Williams-Renault de principios de la década de los noventa.
A principios del siglo XXI, Renault trasladó la producción del Espace a sus propias factorías y Matra se encargó de fabricar el aclamado pero denostado en los concesionarios Avantime. Un monovolumen deportivo que encantaba a todo el mundo pero que no compró nadie, lo que obligó a cerrar la factoría de Matra, o al menos su división automovilística, ya que la compañía estaba compuesta por múltiples divisiones, las divisiones aeroespacial y de armamento forman parte del conglomerado EADS e incluso la compañía fabrica bicicletas y scooters eléctricos bajo la marca Matra.
Aunque todavía seguimos sin respuesta. No sabemos realmente a quien se le ocurrió primero la idea. Si alguien lo sabe, estaremos encantados de escucharle. Por el momento, al menos, ya sabemos que el verdadero origen de los modelos es más extenso que lo que sus fabricantes llevan décadas proclamando.