Renault y Nissan estudian una fusión convirtiéndose en un gigante
Renault y Nissan buscan un acuerdo que les permita fusionarse y formar un gran grupo empresarial, rompiendo la alianza que mantienen desde veinte años y que les permitiría cotizar en bolsa como un solo ente, un digno competidor para Volkswagen, Toyota o el otro gigante francés de PSA.
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Publicado: 29/03/2018 15:00
Tras veinte años manteniendo una exitosa cooperación en el marco de una Alianza, Renault y Nissan están en conversaciones buscando la mejor fórmula para fusionarse poniendo fin a la unión actual. El objetivo es convertirse en un auténtico gigante del mercado automovilístico en el mundo, del tipo de Volkswagen, Toyota o PSA, pero no exento de algunos problemas.
Fuentes de la compañía que no han sido identificadas apuntan que actualmente la marca del Rombo dispone del 43 por ciento de la nipona, mientras que ésta sólo cuenta con un quince por ciento de la francesa y, además, el gobierno francés también dispone del mismo porcentaje que los japoneses.
Una fusión entre ambos fabricantes -incluso con un nuevo nombre- permitiría aumentar mas todavía las sinergias entre las dos marcas y lo que redunda en la gama de modelos haciendo una profunda optimización de los recursos y disminuyendo los costes de investigación y desarrollo y producción, todo enmarcado bajo una sola propiedad y no como las dos actuales, un proceso en el que el máximo dirigente Carlos Ghosn confía y que está impulsando con fuerza.
"El tamaño importa en la industria automotriz", dice Janet Lewis, analista de Macquarie en Tokio. "La preocupación siempre ha sido principalmente el gobierno francés, y algo así como Japón, porque tanto a Francia como a Japón les gusta mantener a sus campeones nacionales".
Son precisamente unas palabras que refuerzan el escollo con el gobierno del país galo que, por supuesto, no estaría dispuesto a renunciar a la parte del accionariado con el que cuenta, pero la fórmula que se está investigando no tendría que restar la oposición de Francia, sino todo lo contrario, ya que recibiría acciones de Nissan y ésta también contaría con una presencia significativa en la nueva compañía.
La actitud de los gobiernos no es que sea especialmente molesta para Carlos Ghosn, que entiende la posición de ambos, pero también entiende el máximo mandatario que deben "Decidir estar aquí o salir, aunque francamente, ni siquiera abro este tema. Simplemente considero que tengo los accionistas que tengo y trato de satisfacerlos de la mejor manera posible y, en la medida de lo posible, asegurarme de que comprendan nuestra estrategia y aprecien nuestros resultados".
Además, se le garantizaría tanto a Francia como al país del Sol Naciente las sedes centrales en los dos países. A pesar de ello, los implicados continúan valorando otras opciones por si los dos gobiernos se negaran a la propuesta, viendo un mayor problema en mantener dos sedes divididas, por lo que el consejo de administración con Ghosn a la cabeza valoran situar la sede central en capital europea, caso de Londres o en Países Bajos, una solución al estilo de FCA que mantiene sedes en Italia y en Estados Unidos.
Desde la Alianza, ningún responsable se ha manifestado al respecto, ni confirman ni desmienten, y casi lo mismo ocurre en los gobiernos galo y nipón porque se niegan a comentar cualquier cosa aduciendo que se trata de rumores sin fundamento alguno.
Para competir con los grandes grupos mundiales es necesario hacerlo como tal
Pero lo cierto es que la agencia internacional de Reuters informó a principios de este mes que Nissan estaba en conversaciones para comprar la mayor parte de la participación del gobierno francés en Renault, a la vez que responsables de la Alianza señalaron que cualquier discusión sobre una transacción de acciones involucrando a las partes era "pura especulación".
Así, el plan de Ghosn es que "la alianza sea irreversible", de forma que hasta 2022 estiman que entre ambas marcas puedan duplicar sinergias por un valor de hasta diez mil millones de euros y en el que Mitsubishi también formará parte, además de lograr unas cifras de ventas de catorce millones de unidades en ese año superando con creces los 10,6 millones el año pasado que, en comparación con Volkswagen se quedó a sólo 100.000 unidades pero superó a Toyota por 200.0000 unidades.