Fin a la restauración de un Porsche 911 2.5 S/T, la resurrección de un campeón
Los clásicos hay que cuidarlos. No solo son el legado del mundo del motor, sino la base del futuro. Por ello Porsche ha trabajado duramente durante dos años para recuperar del abandono un Porsche 911 2.5 S/T. Un campeón olvidado.
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Publicado: 06/04/2016 13:00
Porsche, al igual que muchas otras marcas, tiene interiorizado en su ADN el amor por las carreras. Fue el propio Ferry Porsche el que declaró: "El progreso técnico es impensable sin la competición." Y es que esta es la vía de desarrollo perfecta para los coches de calle. Es importante mantener esa historia, salvaguardar el pasado, pues es la mejor base para impulsarse hacia el futuro. Porsche lo sabe y por ello, durante dos largos años, ha trabajado en la restauración de un Porsche 911 2.5 S/T de competición. Un campeón atraído por las garras del olvido.
Como casi siempre que pasa con estas cosas, la historia que rodea al 911 2.5 S/T es tan particular como emotiva. Fue en noviembre de 1971 cuando el piloto de carreras estadounidense Michael "Mike" Keyser solicitó una de las 24 unidades fabricadas del 911 2.5 S/T. Una versión de competición que se apoyaba y basaba en el 911 2.4 S Coupé de la época. La intención del señor Keyser fue competir a lo largo de cuantiosas pruebas con su recién adquirido Porsche. Y así fue.
A lo largo de la temporada de 1972, Michael Keyser y su compañero de equipo, Jürgen Barth, se lanzaron a la competición de carreras míticas como las 6 horas de Daytona, las 12 horas de Sebring, la Targa Florio y los 1.000 Km de Nürburgring. A pesar del excelente papel que realizó en todas y cada una de sus actuaciones, no fue hasta las 12 Horas de Le Mans cuando se logró el mayor premio de todos, ganando su categoría y quedando decimoterceros en la clasificación general. Un premio a las habilidades de conducción de sus pilotos y a la excelente fabricación del Porsche 911 2.5 S/T.
Sin embargo es aquí cuando empieza su etapa más oscura. Tras los éxitos logrados el coche fue abandonado, dejando que las arenas de tiempo lo consumieran en casi su totalidad. Sin embargo el 911 2.5 S/T fue redescubierto hace más de dos años en una colección bastante ecléctica de un particular en Estados Unidos. Huelga decir, a las imágenes nos remitimos, que su estado era más que ruinoso. Una situación que los trabajadores de Porsche Classics se han encargado de remitir, aunque siendo sinceros no les ha sido nada fácil.
Y es que el coche además de estar prácticamente corroído por su larga exposición a las inclemencias meteorológicas, había sufrido cuantiosos accidentes que no habían sido reparados de manera correcta. Encima el Porsche 911 había sufrido una conversión a lo que por entonces se denominaba G-Model. De todos los desperfectos que había, que no eran pocos, la carrocería es la que se llevaba la peor parte. Además de la corrosión, los daños afectaban a los pasos de rueda, a los raíles laterales y sobre todo al techo. Se cree que el coche fue empleado como compañero de juegos de varias generaciones de niños, y que estos saltaban sobre el techo sin importar las consecuencias.
Teniendo esto en cuenta no es de extrañar que al equipo de restauración le haya llevado dos años dejar en perfecto estado al 911. Y no solo eso, sino que lo han protegido de cara a los próximos 100 años, dándole un baño de protección anticorrosión exactamente igual que los Porsche modernos que salen de fábrica a día de hoy. El trabajo es exquisito y de gran nivel. Tal es así que el coche será expuesto con todos los honores que se merece en el museo oficial de la sede de la marca alemana. Bienvenido sea.