Cómo restaurar la chapa de un coche clásico, paso a paso
Restaurar la chapa de un coche clásico pasa por la limpieza, la eliminación de abolladuras y golpes, la aplicación de masilla de poliéster, una capa de sellado y la posterior pintura para rematar correctamente el trabajo. Así es, exactamente, y paso a paso, como se hace este trabajo.
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Publicado: 30/04/2020 21:00
Las tareas de restauración en coches clásicos son complejas, y si buscamos conseguir los mejores resultados es mejor ponernos en manos de expertos, de gente experimentada específicamente en este tipo de vehículos. Una buena restauración completa parte sobre la base, en la mayoría de los casos, de restaurar la chapa de tu coche clásico. Y para esto, aunque se puede hacer de varias formas, hay una serie de pasos clave.
Antes de entrar en cada uno de estos pasos de manera más detallada, te avanzamos que se empieza por arreglar las abolladuras y golpes que pueda tener la carrocería, para más adelante proceder a lijar la misma y, en las zonas que corresponda, aplicar masilla de poliéster mejorando no solo el aspecto del vehículo sino también su tacto. Le seguirán una capa de sellado y la pintura.
Cómo se restaura la chapa de un coche clásico para darle un aspecto perfecto
Antes de empezar con el trabajo, el primer paso es siempre una completa limpieza de la carrocería. Esto permitirá ver perfectamente la chapa del vehículo para poder restaurarla punto por punto de la forma correcta. Y en este mismo proceso se pasa a retirar ciertas piezas para facilitar el trabajo: se quitan los espejos retrovisores, las gomas, el paragolpes delantero y el trasero, y todo aquello que pueda suponer un incordio en este importante trabajo de restauración del coche clásico.
Restaurar la chapa: abolladuras y golpes
Después de haber limpiado la carrocería, y de haber retirado los elementos recién comentados, procederemos al primer paso real de restaurar la chapa en un coche clásico, que es eliminar las abolladuras y los golpes; las deformaciones más marcadas de la chapa. Siempre y cuando sea posible no sustituir la pieza, que complicará la restauración tanto por el presupuesto como por la disponibilidad y los plazos, se utilizarán sistemas como la aplicación de calor, el martillo, la lima, el martillo de inercia o el tas.
Todos estos son métodos y herramientas para eliminar abolladuras y golpes en la carrocería, pero solo servirán para corregir los desperfectos más destacados del vehículo. La intención, en este primer paso de restauración, es nivelar en la medida de lo posible la chapa y, en los casos en que existan, localizar piezas con problemas de soldadura y proceder igualmente a la reparación de las mismas.
Lijado de la carrocería y aplicación de masilla
El siguiente paso será algo más de detallado, aunque sigue siendo trabajo 'grueso'. Ahora toca encontrar todas las irregularidades que existan en la chapa, incluso las más pequeñas, y proceder a lijar la superficie y aplicar masilla de poliéster. Con esto se conseguirá que toda la superficie sea uniforme no solo a la vista, dándole el aspecto perfecto al coche, sino también que el tacto sea el perfecto.
Es importante dedicar todo el tiempo que sea necesario a este paso, porque aquí es donde hay que resolver todo aquello que no se podrá resolver en el proceso de sellado -que será el próximo- y de pintura, que será el último. La carrocería, como avanzábamos, debería quedar perfectamente uniforme a la vista y el tacto y será entonces cuando se pueda seguir avanzando.
Sellado previo a la pintura
Después de haber corregido todas las irregularidades e imperfecciones con la anterior restauración de la chapa de nuestro coche clásico, toca el turno de la capa de sellado que servirá para rellenar los poros y proporcionar una superficie óptima para la pintura. Antes de aplicar el sellado se tendrá que utilizar cinta de carrocero para proteger tanto los cristales como las gomas y juntas.
Pintura
A lo largo de los pasos anteriores, en realidad, ya se habría completado todo el proceso de restaurar la chapa del coche clásico; sin embargo, no estaría el trabajo terminado si no se lleva a cabo este último paso que, de nuevo, tiene que ser llevado a cabo por especialistas. Será la única forma -o casi la única- de que encontremos, y con garantías, el color exacto que le corresponde a nuestro coche y se respete al cien por cien el aspecto original del mismo.
Con la pintura que le corresponde, como en un vehículo actual, se procede a la pintura de la carrocería respetando algunos aspectos clave como la limpieza superficiel de grasa y polvo, la utilización de una cabina de aspiración específica y con el 'toque final' del horneado para que la fijación sea la perfecta y para que se seque correctamente la pintura. Ahora sí, será cuando se vuelvan a montar los paragolpes, los retrovisores y el resto de elementos retirados para completar el proceso de restaurar la chapa del clásico.