La llegada de coches chinos está siendo rápida, pero aún tienen que superar varios obstáculos
Los estereotipos en torno a las calidades de fabricación china, los costes de importación y un mercado de vehículos eléctricos menos desarrollado son solo algunos de los problemas que las marcas chinas tendrán que abordar para prosperar en Europa.
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Publicado: 18/08/2023 18:00
Los fabricantes chinos de vehículos eléctricos están superando a sus competidores en varias asignaturas. Pero no todo el monte es orégano, y han de superar varias dificultades que otros ya dejaron atrás.
Aiways, BYD, Nio, Morris Garage, Omoda, DR Automobiles, SWM, Borgward, DFSK, EVO, FAW, JAC, Great Wall, Maxus, Seres, Zotye, Zhidou o BAIC son nombres que pueden no decirle nada al usuario medio, le digan algo o le digan todo cuando va subido en uno de ellos. Todas son marcas de coches chinos que ya se venden en Europa, pero aunque podamos verlos por nuestras calles y carreteras, no están exentos de dificultades para establecerse.
Según la consultora de automóviles Inovev, el 8% de los coches eléctricos nuevos vendidos en Europa este año fueron fabricados por marcas chinas, en comparación con el 6% del año pasado y el 4% en 2021. Y hay más por venir. Según un estudio de Allianz, al menos 11 nuevos vehículos eléctricos fabricados en China y destinados al mercado masivo llegarán a Europa antes de 2025.
Los fabricantes de automóviles occidentales están preocupados, con Carlos Tavares, el CEO de Stellantis, como cabeza visible. El mes pasado hizo unas declaraciones advirtiendo acerca de una verdadera invasión de vehículos eléctricos chinos baratos en Europa; algo que se sabía desde hacía tiempo, pero que ahora se hace palpable. La reacción no ha tardado mucho en ocurrir, y los europeos andan contraatacando con su propia serie de lanzamientos de vehículos eléctricos. De manera añadida, están desarrollando planes para reducir los costes de fabricación y los precios, así que el producto chino deberá readaptarse cuando esto llegue a los concesionarios.
Ser barato no basta, los desafíos para el coche chino en Europa
En una reunión informativa la semana pasada en Pekín (China), Chen Shihua, subdirector general de la Asociación de Fabricantes de Automóviles de China, advirtió que sus miembros podrían estar dispersándose demasiado en sus planes de expansión. «No es tan sencillo para nuestros fabricantes de automóviles expandirse globalmente», dijo, y remarcó los riesgos y el poco estudio y enfoque de las necesidades de cada mercado.
Una señal de sus metas es que el Congreso Mundial de Vehículos de Nuevas Energías de los fabricantes chinos se celebrará en Múnich (Alemania) este septiembre. Es la primera vez que dicho evento se produce fuera de sus fronteras.
Asequibles y con buenas prestaciones, así son los coches eléctricos chinos
El as en la manga de las marcas chinas son los precios. El valor medio de un coche eléctrico procedente de China fue de menos de 32.000 € en la primera mitad de 2022; el fabricado en Europa costaba 56.000 €, según investigadores de la consultora JATO Dynamics.
Pero no es probable, sino seguro, que las marcas chinas tengan dificultades para vender coches en Europa tan baratos como en su propio país. La logística, impuestos, aranceles de importación y cumplimiento de los requisitos de certificación europeos agregan costos.
Representantes de MG, la marca china más vendida en Europa, han declarado recientemente que su mayor desafío era llevar su producción de China a la red de distribución europea. Los puertos están cada vez más saturados, lo que conduce a tiempos de espera más largos de lo deseable.
La necesidad de desterrar la desconfianza en el coche chino
Preferencias europeas, como las baterías de superior capacidad para trayectos más largos, también pueden agregar costes extra. Por eso el producto chino ha de adaptarse a estas características.
Si bien algunas marcas chinas, como MG, son bien conocidas en Europa, otras como Xpeng y Nio aún deben construir confianza a base de crear redes de concesionarios, repuestos, servicio posventa, etc... Las encuestas indican que la mayoría de los posibles compradores de vehículos eléctricos en Europa no reconocen las marcas chinas. Aquellos que lo hacen, tienen dudas sobre comprar un automóvil chino o buscar otras opciones. Recuerda la lucha durante décadas de los fabricantes de automóviles japoneses y surcoreanos para ganar confianza y adaptarse a los gustos europeos.
Solo el 14% de 1.629 consumidores alemanes encuestados por YouGov en 2022 conocían BYD, un fabricante de vehículos que casi triplica la producción de Tesla si se suman eléctricos e híbridos. Un total del 17% había oído hablar de la marca premium Nio, mientras que el 10% conocía a Lynk & Co de Geely y el 8% a Xpeng. De los consumidores que conocían Tesla, el 95% consideraría comprar uno como su próximo automóvil, según la encuesta. Pero entre los que conocían las marcas chinas, el 1% o menos consideraría comprar uno. Precisamente por esto, Aiways decidió no hacer publicidad de su herencia china: para eludir prejuicios.
Varios fabricantes de automóviles chinos han obtenido calificaciones de seguridad de cinco estrellas según las normas de seguridad Euro NCAP. Esto ha ido mucho más allá de los requisitos legales para tratar de superar las dudas de los clientes.
La marca Zeekr ha dejado claro que buscarían ganar la confianza del consumidor a través de pruebas de conducción y el contacto real con sus productos. De ese modo, los compradores europeos podrán evaluar la calidad de sus vehículos eléctricos de primera mano. La firma confía en sus acabados y calidad general. Dicen, que cuando esto ocurre, la respuesta suele ser positiva.
La jugada última es la de GAC, fabricante de automóviles estatal chino y tercer vendedor de vehículos eléctricos más grande de aquel país. No les ha bastado con mandar sus coches en barcos, sino que ha abierto una oficina de diseño en Milán, para conocer las preferencias de los consumidores antes de pasar al diseño final, y más tarde a las ventas. La mejor manera de introducirse no es otra que la de hacer lo mismo que ya hicieron otros y les funcionó. Esto aterra a los fabricantes europeos y norteamericanos, pero deja expectante a los compradores, que son los que al final deciden.