Rolls-Royce ha tardado tres años en construir este coche cargado de oro, así que imagínate lo que puede valer
El personaje de Goldfinger es uno de los villanos más famosos del mundo del celuloide. En la cinta original su Rolls-Royce pudo incluso plantar cara al DB5 de James Bond. Los ingleses le rinden ahora un merecido homenaje.
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Publicado: 29/10/2024 07:00
Si piensas que no hay nada por encima del lujo estás muy equivocado. El lujo no entiende de modas, tendencias o crisis. Marcas como Rolex o Rolls-Royce soportan el incansable paso del tiempo sin inmutarse con la ventaja de que sus clientes siempre piden y exigen lo mejor de lo mejor. En cuestión de coches no hay nada por encima de la marca de Goodwood, pero incluso ellos saben perfectamente que pueden alcanzar un nivel superior cuando entra en juego la exclusividad. A día de hoy no hay coche más exclusivo e impresionante que el Phatom homenaje a Goldfinger.
La tercera de las entregas de James Bond está considerada por muchos como la película que catapultó al estrellato al secreto agente de Su Majestad. El personaje de 007, encarnado por la figura de Sean Connery, siempre tiene ante sí un rival poderoso y misterioso que trata de destruir el mundo tal y como lo conocemos. La tercera de las películas, estrenada en la gran pantalla en 1964, tenía como nombre Goldfinger, en honor a su correspondiente villano, en esta ocasión representado por el actor alemán Gert Fröbe. Ni que decir que la película tuvo un enorme éxito en todo el mundo.
Tres años de trabajo y varios kilos de oro repartidos por todo el coche
Además de los personajes principales había dos protagonistas igualmente destacados. Por un lado el Aston Martin DB5, fue la primera vez que lo vimos con 007 a los mandos, y el Rolls-Royce Phantom III obra del carrocero Barker con número de chasis 3BU168. Una incomensurable obra de arte sobre cuatro ruedas al servicio del mismísimo Goldfinger. Un coche que, según avanzó la película, pudimos descubrir que estaba hecho completamente de oro. Su icónica carrocería y sus elegantes colores hoy han sido replicados por Rolls-Royce para conmemorar los 60 años de la cinta. Hace poco que Aston Martin presentó su propia conmemoración del DB5 original.
A los de Goodwood no se les ha ocurrido otra cosa que trasladar la imagen de los 60 a un coche moderno, al más actual de los Phatom en su versión de batalla extendida. Ya de por sí estamos ante un coche inconmensurable, pero la creación única y exclusiva de esta versión especial hace que sea incluso más extraordinario. El proyecto no ha sido cuestión de días, semanas o meses. Los ingenieros y creativos de Rolls-Royce han estado trabajando durante tres largos años en él. Aunque a simple vista no lo parezca, guarda muchos secretos en él.
Al igual que el preciado metal que idolatraba el mismísimo Goldfinger, Rolls-Royce ha utilizado oro de 24 quilates en muchas de sus terminaciones interiores, incluyendo la cubierta de los altavoces. Es tal la locura que incluso un lingote de oro de 18 quitales se integra en la consola central. Un lingote de oro de verdad, nada de artificios. Se ha dedicado un año entero a crear e incrustar la fina y compleja pieza del salpicadero. El lingote tiene grabado el contorno del Paso de Furka en Suiza, terreno por el que transita una parte de la película de 1964. Cada detalle ha sido mimado al máximo.
Esta no es la única referencia a la icónica ubicación. Se ha realizado tapizado totalmente personalizado de techo Starlight, con luces integradas, que recrea el cielo nocturno sobre el Paso de Furka tal como era el 11 de julio de 1964, el último día de rodaje en Suiza. Y, por supuesto, las estrellas emiten luz dorada. Y así podríamos seguir todo el día. El oro no sólo alcanza al habitáculo, también al exterior. El Espíritu del Extasis lleva su propio recubrimiento dorado y en el maletero se integra un putt de golf bañado en oro que coincide con el que utilizó el famoso villano. Incluso la placa con el número de bastidor está bañada en oro de 24 quilates.
Rolls-Royce no ha querido dar detalles de cuánto oro lleva integrado su Phatom homenaje, es un término soez que la marca no quiere aportar y que a sus clientes poco les importa. Sin embargo, en el mundo real el preciado material tiene un precio de 81,17 euros el gramo, o lo que es lo mismo 81.173 euros el kilogramo. Si a eso le sumamos la carrocería extendida del Phatom, las miles de horas de trabajo acumuladas en estos tres años y el hecho de que estamos ante un coche único en el mundo, su precio, sin duda alguna, resulta disparatadamente caro. Si bien los ingleses no han comunicado el comprador, estamos seguro que se desatará una guerra de pujas por el coche. Algo que la inmensa mayoría del mundo no puede permitirse.