Rolls-Royce desvela por qué pagar más de 400.000 euros por sus modelos, sin impuestos, no es un lujo sino una filosofía de vida
Cuestan un verdadero ojo de la cara, pero tener un Rolls-Royce es símbolo de un estatus social único en el mundo. Sus modelos asombran nada más ser presentados, las especificaciones técnicas también, pero lo que les hace verdaderamente especiales es la entrega de la marca a los clientes más pudientes. He aquí algunos de los secretos que hacen a los de Goodwood únicos.
Torsten Müller-Ötvös se jubiló hace justamente un mes, el hombre que cambió para siempre a una de las marcas más lujosas del mundo. Desde su llegada a Rolls-Royce hace casi quince años, la marca ha experimentado un brutal cambio en la que ya tienen cabida también los coches eléctricos. Algo impensable hasta hace poco tiempo, y que el fabricante ha sabido materializar en el sugerente Spectre.
Pagar medio millón de euros por un coche es algo muy subjetivo, depende de cada persona. La tecnología de los Rolls-Royce es alemana, y gracias porque sin el apoyo de una marca como BMW, la británica habría desaparecido hace mucho tiempo. Pero Müller-Ötvös se ha despedido dejando un reguero de detalles desconocidos. El Cullinan ha sido, din duda alguna, el verdadero aliciente que necesitaban para rebajar la media de edad, antes era de más de sesenta años, ahora es de poco más de cuarenta.
Rolls-Royce escucha a sus clientes, clave de su éxito
Para Rolls-Royce, tener uno de sus modelos es una filosofía de vida que sus clientes siguen al pie de la letra, regalándose un capricho cuando logran un éxito en su vida laboral o un negocio. Los chinos son los que más unidades demandan de la marca, y eso que concesionarios pocos. Dos en Alemania, en Polonia, Ucrania o en República Checa, pero en Francia no hay un distribuidor oficial de la marca.
Además, cuando una concesión no puede asumir unidades, se las asignan a otro. De esta manera, abren el campo a más clientes que podrían estar esperando unidades normales, sin personalizar, durante más de dos años. Hablando de personalización, sorprende que el catálogo de colores de Rolls-Royce esté compuesto de nada menos que 45.000 opciones, más de lo que un ojo humano puede distinguir. Y, esto, junto a la inmensidad de materiales y texturas, hacen tan únicos a los Rolls-Royce.
Los increíbles deseos de los clientes de Rolls-Royce
La marca británica lo define sencillamente en tres palabras, «no existen fronteras». Todo depende también de cuán holgado sea el bolsillo: tallar a mano en la madera del salpicadero unos motivos decorativos de cuatro rosas específicas, con sus colores pintados a mano, necesita de 200 horas. Tejer el revestimiento estrellado del techo con metal líquido y 162 pétalos de cristal más revestir en tela de seda los asientos traseros suma un total de 700 horas.
Para crear un eclipse luminoso en el techo, incluida la animación luminosa, se han llegado a utilizar 1.132 estrellas de fibra óptica, más otras 1.846 estrellas grabadas con láser en el salpicadero. Los deseos no tienen límites, Rolls-Royce los cumple, como el mapa de Italia reproducido en un techo con 14.388 puntadas de cinco hilos diferentes, más las poco más de 9.200 puntadas para bordar un racimo de uvas. Hay salpicaderos cubiertos de diamantes que valen más que el propio coche en sí. Suena a broma pero son casos reales...
