El Rolls-Royce Wraith se despide con la edición especial Black Badge Black Arrow, adiós al lujoso coupé V12

Diez años acaba de cumplir el Rolls-Royce Wraith desde que fue presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra en 2013, una década en que el deportivo de dos puertas derivado del Ghost sorprendió en el mercado de los deportivos más lujosos y exquisitos. Uno de los modelos de la marca británica equipado con el poderoso motor V12 que se despide definitivamente de la vida dando paso a un heredero inédito en la marca.

El Rolls-Royce Spectre se ha desarrollado partiendo de una hoja en blanco pero conservando la elegante forma de la carrocería, un coupé de dos puertas con apertura inversa a las de compás, un rasgo propio de la firma de Goodwood, como lo es también la estilizada forma de la silueta y la línea de techo que cae de forma elegante hasta la parte trasera. Pero hasta las entregas, el Rolls-Royce Wraith Black Badge Black Arrow es el protagonista para los que quieren despedirse de la combustión por todo lo alto, y especialmente del Wraith.

Rolls-Royce Wraith Black Badge Black Arrow

Basado en el acabado especial «Black Badge» de Rolls-Royce que añade un extra de deportividad, esta creación especial destaca por el acabado brillante y un efecto cristal en una transición muy elegante de gris a negro desde la parte delantera a la trasera vistiendo también, y como es habitual, el gran capó del motor, el techo y la tapa del maletero. La parrilla vertical y emblema del Espíritu del Éxtasis también se han oscurecido. Solamente destacan los insertos decorativos en amarillo, tanto en el frontal como en el aro interior de las grandes llantas de aleación.

Si impresiona por fuera, más por dentro. El habitáculo del Rolls-Royce Wraith Black Badge Black Arrow esta vestido en cuero negro en el salpicadero y los asientos traseros, porque los delanteros, al igual que parte del panel de las puertas y el arco del volante están forrados en nappa de color amarillo, destacando el exclusivo motivo decorativo en el panel del lado del pasajero. Como no podía ser de otra forma, el revestimiento del techo cuenta con 2.117 estrellas representando la posición de los cuerpos celestes el día 16 de septiembre de 1938 cuando Rolls-Royce trató de conseguir el récord de velocidad del Thunderbolt en las salinas de Bonneville.

Donde no hay novedad es bajo el largo capó delantero, ocupado por el majestuoso motor V12 de 6.6 litros biturbo con una potencia máxima de 630 CV y con sus 870 Nm de par motor que mueven a este coloso deportivo de poco más de 2.400 kilogramos. Una docena de unidades para los clientes más pudientes que no sucumben a los encantos del nuevo Spectre.