La salida de Renault de la Fórmula 1 y la válvula de escape del WEC y el Dakar

Renault no será motorista en la nueva Fórmula 1 que se prepara para 2026. Y es una terrible noticia. No sólo por el adiós de uno de los motoristas con más pedigrí de la competición, sino porque la categoría reina se queda sin la representación técnica de uno de los grandes grupos automovilísticos. Alpine seguirá en el 'Gran Circo', pero a modo de 'equipo-cliente', a priori con motores Mercedes en sus monoplazas.

Muchas son las connotaciones de este movimiento, pero no todas negativas y es que Renault ahora puede destinar más recursos -y personal- al resto de sus programas deportivos. Y no es una cuestión baladí, ya que el Grupo Renault tiene presencia en la categoría reina del WEC con el proyecto LMDh de Alpine y está a punto de comenzar su programa en raids con Dacia en el Dakar. Con Sébastien Loeb, Nasser Al-Attiyah y Cristina Gutiérrez, cuenta además con todo un 'Dream Team'.

El Grupo Renault tiene la oportunidad de reforzar la propuesta de sus programas en el WEC y en el Dakar

La reasignación de los recursos y competencias de todo el personal que trabaja actualmente en el desarrollo del motor de Fórmula 1 permitirá, por un lado, la creación del centro de excelencia Hypertech Alpine en Viry-Châtillon, donde podrán ser reubicados todos los trabajadores que hasta 2025 sigan ligados al proyecto de Fórmula 1. Estas instalaciones tendrán un enfoque de vanguardia con una orientación hacia las tecnologías de futuro, sin olvidar los programas ya referidos.

Y es que la salida de Renault de la Fórmula 1 se debe entender como una oportunidad para que la marca francesa destine más recursos y tecnología propia a sus grandes proyectos deportivos en el WEC y en el Dakar. Sobre todo, porque si uno mira los ingredientes de cada uno de estos programas, puede comprobar que existe una gran 'externalización'. En el WEC con actores como Signatech o Mecachrome, en el Dakar con actores como Prodrive.

Una vuelta de tuerca

En el caso del WEC, el Grupo Renault optó por el desarrollo de un prototipo LMDh. Una vía lógica en términos económicos, pero que limita la 'participación' tecnológica en este caso de Alpine. Porque el chasis es Oreca y el motor Alpine V634 no deja de una versión modificada del motor Mecachrome V634 que podemos ver en la Fórmula 2. Y eso no va a cambiar, porque es la propia base del proyecto, pero en este nuevo escenario sí se puede modificar la deriva del programa en resistencia.

Renault tiene la oportunidad de ofrecer una identidad mucho más marcada a su proyecto, con un Alpine A424 LMDh que viene de conquistar su primer podio en el WEC. En el plano técnico con un desarrollo más agresivo, pero sobre todo con la inclusión en el equipo de ingenieros y personal 'de circuito', ya que gran parte del equipo Alpine en el Mundial de Resistencia queda formado por trabajadores de Signatech, estructura que da soporte al proyecto, pero de la que ahora Alpine ha adquirido una participación.

Lienzo en blanco

En el proyecto en raids, las posibilidades son aun mayores. Bien es cierto que la base tiene sus similitudes con el proyecto del WEC, ya que Prodrive es la estructura que soporta el proyecto y parece que el motor V6 de 3.0 litros que va a montar el Dacia Sandrider tampoco es un motor desarrollado de cero por el Grupo Renault, pero el programa está en sus primeros compases y eso implica que es un lienzo casi en blanco.

Renault tiene la oportunidad de implicarse de una manera mucho más agresiva en el desarrollo de este Dacia Sandrider, con la posibilidad incluso de emular el reciente desempeño de Audi. El Grupo Renault tiene los ingredientes -Prodrive y pilotos- para dar forma a un proyecto ganador a corto plazo y, tras ganar el Dakar, poder tomar la decisión que tenga que tomar. El proyecto es a tres años (2025-2027), por lo que la salida de la Fórmula 1 encaja en tiempo y forma para poner toda la carne en el asador y conquistar el desierto.

Fotos: FIA WEC / DPPI / Dacia