IndyCarInesperado triunfo de Scott Dixon en Indianápolis tras trompear; golpe decisivo de Alex Palou al título

Con permiso de los cuatro triunfos de Hélio Castroneves en las 500 millas de Indianápolis, las estadísticas de IndyCar reflejan sin mucho lugar a dudas el estatus de Scott Dixon y Will Power como los grandes nombres de la categoría en el siglo 21 en cuanto a triunfos, consistencia y longevidad. Segundo y quinto en el histórico de victorias, ambos poseen la mayor racha de temporadas logrando un triunfo por mucho, pero los dos aún no habían estrenado su casillero. Por lo pronto, Power no ha alcanzado todavía los 17 años, pero Dixon ha conseguido finalmente subir ese número a 19 años seguidos ganando.

El veterano neozelandés, que cumplió 43 años en julio, ha logrado la victoria este sábado en el Brickyard Grand Prix disputado en el circuito GP de Indianápolis, siendo éste el 54º triunfo de su carrera, además en el día en el que batía el récord de carreras consecutivas iniciadas (319). Lo ha hecho con una forzosa estrategia alternativa de ahorro de gasolina que sería totalmente inverosímil para cualquier otro, pero que en el caso de Dixon supone otra muesca en un registro que ya tiene varias machadas de este estilo. La posición que ocupa en parrilla siempre ha sido muy irrelevante para su resultado final, y así ha sido esta vez desde un 15º puesto que fue incluso a peor en un caótico incidente en la primera vuelta.

En medio de una pelea entre varios coches por la quinta posición efectiva al llegar a la curva 7, Alex Palou colisionó con su compañero Marcus Armstrong cuando este cerró agresivamente el interior. Dixon, llegando por detrás tras una gran salida, tuvo que frenar para no llevárselos puestos, pero fue golpeado por Romain Grosjean, quedando trompeado el piloto de Ganassi hacia la hierba del interior de la pista antes de reemprender la marcha. Colton Herta pinchó un neumático tras un toque, Grosjean se quedó atrapado por el coche de Armstrong, y Josef Newgarden no logró esquivarlo al llegar por detrás, quedándose levantado su vehículo sobre sus ruedas y perdiendo una vuelta. Por fortuna, Palou fue el único de los implicados que evitó sufrir daños en su coche.

Todos los demás afectados abogaron por hacer una parada durante la bandera amarilla resultante, lo que sería clave más adelante. Antes de todo esto, Devlin DeFrancesco redobló la apuesta sobre su sorprendente clasificación del día anterior y firmó una espectacular salida, con una gran apurada de frenada desde el exterior para pasar del quinto puesto al primero. No obstante, tras relanzarse la carrera en la vuelta 8, el canadiense fue víctima temprana de sus neumáticos duros y de una clara falta de ritmo, por la que cayó rápidamente al décimo puesto en la vuelta 16 antes de iniciarse el periodo de paradas. Eventualmente acabaría 19º, siendo esta su 31ª carrera sin top 10 como piloto de IndyCar.

Graham Rahal reclamó con ello su posición de pole, seguido por un buen Alexander Rossi y Christian Lundgaard, que compensó un mal arranque superando de nuevo a Pato O'Ward. Desde el noveno puesto, uno menor que su posición de salida, Palou recuperó rápidamente dos plazas a costa de Kyle Kirkwood y DeFrancesco, con quien tuvo sus más y sus menos, y alargó su primera detención hasta la vuelta 25, en la que ganó otros dos puestos sobre Scott McLaughlin y Felix Rosenqvist. Seguían en cabeza Rahal y Rossi, pero ambos apostaron por el neumático duro en su segundo stint, y Lundgaard avanzó al segundo lugar a costa de Rossi.

Mientras que los líderes paraban como muy tarde en la vuelta 26, Dixon hizo su detención en la 32, habiendo alargado más que los demás accidentados en la vuelta del líder a la par que mantenía un gran ritmo. Durante el segundo stint, empezó a evidenciarse que Dixon estaba consiguiendo un consumo de gasolina sobradamente eficiente para seguir por delante de los líderes tras su última parada, y así sería. Rahal y Lundgaard, que se escaparon del resto separados por segundo y medio, alargaron mucho su segundo stint hasta las vueltas 49 y 51, pero Dixon no entraría a pits hasta la 58, lo justo para llegar al final sin más paradas, y con una ventaja previa de seis segundos.

La tabla refleja una ventaja casi insuperable para Palou a falta de tres carreras.

Las paradas de Lundgaard y Rossi fueron malas por pequeños errores de equipamiento, lo que situó a O'Ward por delante de ambos, pero Rahal estaba muy por delante y era el único piloto en disposición de atacar a Dixon. Con las últimas paradas entre las vueltas 62 y 64, Rahal no buscó alargar la suya y quiso hacer un último stint convencional con blandos para atrapar al hexacampeón de Ganassi. En principio parecía que lo conseguiría, pero la reducción de la ventaja se vio afectada por el tráfico y fue decreciendo con el paso de las vueltas.

En los giros finales, Rahal llegó a ponerse a menos de un segundo, pero el buen trabajo de Dixon fue suficiente para permitirse usar el 'push-to-pass' que había ahorrado en las dos últimas vueltas, repeliendo cualquier potencial intento del estadounidense, que se quedaba así a las puertas de su primer triunfo desde Detroit 2017. De este modo, Dixon rompía así su propia sequía, que databa de julio del año pasado en Toronto, y le sitúa como el séptimo piloto de la historia en ganar una carrera de circuito en IndyCar con 43 años o más, en un trazado donde solo había ganado en 2020.

O'Ward repelió la presión de Lundgaard y Rossi en la tanda final para conseguir su sexto podio sin victoria del año, quedando el danés cuarto como ya pasó en mayo. Palou no pudo aprovechar las malas paradas para ganar puestos y su ritmo no fue brillante en la segunda mitad de carrera, lo que le costó finalmente la sexta plaza a tres vueltas del final con un Will Power que había salido en la misma octava fila que Dixon y venía de adelantar también a McLaughlin. Pese a todo, el español pescó de lo lindo, ya que las dos vueltas perdidas de Newgarden le relegaron a una muy dañina 25ª posición.

La tabla sitúa a Palou con una ventaja de más de dos carreras, 110 puntos en total sobre Scott Dixon, y una reserva de confianza repleta para su visita a las calles canadienses de Toronto en dos semanas. ¿Quien podrá con él?

La victoria de Dixon y el cuasi-abandono de Newgarden eleva al consistente neozelandés a la segunda posición, pero el margen de Palou se ha visto incrementado hasta los 101 puntos, un golpe casi mortal a cualquier opción de remontada, con Newgarden a 105. De hecho, el piloto de Ganassi, inmerso de nuevo en un masivo lío contractual, dispondrá ya de opciones matemáticas realistas para hacerse con el campeonato en la próxima cita, dentro de dos semanas en Gateway, aunque para ello dependerá en gran medida de que se rompa la invencibilidad de Newgarden en óvalo. Si no es ahí, Portland parece preparada para una fiesta de campeonato una semana después, sin ser la cita final.

Fotos: IndyCar Media